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El lugar siempre estuvo a cargo del párroco del sector, pero el actual habría decidido que el espacio debe cerrarse.
Con pancartas, cantos y arengas, las personas que durante años se han visto beneficiadas por la Biblioteca Comunitaria Niquía, se oponen al cierre de la misma, decisión tomada, al parecer, por el párroco del sector quien alude a que el colegio aledaño al sitio ya cuenta con una biblioteca.
Según una orden del Juzgado Segundo Civil Municipal de Bello, se insta a la comunidad para que entregue el sitio de manera voluntaria, de lo contrario se autorizó al Comisario de Policía para que proceda con el lanzamiento. Ese habría sido el motivo de la presencia del Esmad en el lugar.
Pero la inconformidad va más allá, de acuerdo con los visitantes de la biblioteca, durante 30 años el sitio ha sido usado como punto de encuentro de universitarios y lectores quienes, en ese lugar, se reúnen a estudiar o leer los textos que la biblioteca alberga.
Desde 1974 la biblioteca se inauguró en un salón de la Iglesia Nuestra Señora de Chiquinquirá, el párroco de esa época cedió el espacio a cambio de que los jóvenes consiguieran los libros y el mobiliario. Y así había permanecido hasta 2005 cuando llegó el nuevo sacerdote Jorge Mario Acosta Gómez, quien habría exigido la entrega del salón aludiendo a que la parroquia y el colegio ya contaban con una biblioteca.
Luego de diez años de incertidumbre, un juzgado del municipio avaló la decisión que hoy deja sin biblioteca a los habitantes de esa zona. En el lugar también se realizaban talleres de pintura, manualidades y encuentros culturales que convocaban a la ciudadanía.
A través de redes sociales y con la Fan Page de Facebook Yo defiendo mi biblioteca, han estado haciendo públicas las inconformidades y se hace un seguimiento al proceso de desalojo. El Representante a la Cámara Víctor Correa, compartió un video del plantón.
