Problemática académica en la Universidad de Antioquia: ¿de quién es la culpa?

Estudiantes acusan improvisación e imposición por parte del rector; los administrativos aseguran que están dispuestos a dialogar.

Udea.-Mauricio-Alviar
Suscitar espacios para el diálogo es la solución que propone el rector Alviar. Foto: EL PALPITAR.

Se creería que la coyuntura social que actualmente experimenta la Universidad de Antioquia nació con el paro anunciado hace un mes por parte de los estudiantes, o con las recientes marchas que centenares de educandos decidieron organizar como protesta frente a cambios académicos en la institución. Pero no, es una problemática con un trasfondo digno de análisis.

Para comprender a plenitud la situación, es necesario remontarse al pasado 24 de febrero, cuando el Consejo Superior de la universidad eligió a Mauricio Alviar como el nuevo rector de la UdeA, en reemplazo de Alberto Uribe.

Una vez asumió el mando, Alviar fue consecuente con sus propuestas como candidato y puso en marcha una serie de cambios que no sentaron bien entre gran parte de la comunidad académica de la Alma Máter.

Así lo expresó Alexánder Rúa, estudiante y miembro de la Mesa Multiestamentaria de la Universidad de Antioquia, quien explicó que «desde hace seis meses, antes de que el rector fuera nombrado, los estudiantes empezaron a convocar a espacios de discusión preguntando por las propuestas de los candidatos».

Cuando se eligió a Alviar, de cierta manera los estudiantes comprendían lo que venía después. «Una vez fue nombrado, nos empezamos a preocupar (…) Él había manifestado que haría reformas y cambios en la universidad, y así lo hizo«, dijo Rúa.

Por su parte, el rector Alviar manifestó que desde entonces se preocupó por incluir a los estudiantes en la construcción de propuestas para la universidad. «Estuve presente en muchos debates, especialmente en el Teatro Universitario», indicó. Entonces, ¿cómo y por qué se llegó al punto de declarar un cese completo de actividades en la universidad? 

El foco del debate: cambio en política de admisión

La Universidad de Antioquia es reconocida por haber sido durante años uno de los principales escenarios para el debate democrático y un espacio donde confluyen todo tipo de ideas y posturas políticas y sociales. El mismo Rector así lo acepta. 

«La Universidad de Antioquia, por muchas décadas, ha contado con la presencia de movimientos y organizaciones que, a través de asambleas, convocan a los estamentos para opinar acerca de los temas universitarios, lo cual es muy positivo», precisó Alviar.

Sin embargo, según ciertos sectores de los estudiantes, una vez fue elegido como rector, Alviar fue «arbitrario» a la hora de «imponer sus decisiones» a la comunidad académica, y no tuvo en cuenta a dichos estamentos.

«Él no tiene la voluntad de dialogar. Él dice que es la institucionalidad, y que se aplica lo que dicta la institucionalidad. Al parecer, aún no ha entendido que la universidad la hacemos todos: estudiantes, docentes y administrativos», afirmó Alexánder Rúa.

El estudiante aseveró que, además de no dar explicaciones a los educandos, el rector «ha censurado» la labor democrática en la universidad. «Por ejemplo, no nos permitió realizar foros de candidatos a Gobernación; también, ciertos decanos de Facultades han tildado a compañeros de pertenecer a grupos ilegales», aseguró Rúa.

Por su parte, el rector Alviar dejó claro que no va en contravía del debate. Por el contrario, aceptó contrastar propuestas que comprometan el futuro de la universidad con la comunidad académica, como la del cambio en el examen de admisión.

«El anuncio por el cambio de la política de admisión de la Universidad era previsible que generara controversias y desacuerdos«, dijo el Rector.

Durante bastante tiempo, el examen de la UdeA comprendió 80 preguntas, 40 de comprensión lectora y 40 más de razonamiento lógico. Sin embargo, la nueva prueba contiene, además, un componente específico de acuerdo con la carrera a la que se aspira.

Según sectores estudiantiles, dicha modificación beneficiaría a bachilleres y personas de estratos socio-económicos altos, en tanto que los de estratos más bajos se verían afectados, ya que no tendrían los conocimientos requeridos para superar la evaluación.

«Las razones sociales y políticas que ellos argumentan no tienen validez. Si uno mira el número de inscritos para la última prueba de admisión, el 93% son de estratos 1, 2 y 3. Por el cambio en el examen, no se privatizará la universidad«, aseveró en contraste el Rector.

No obstante, la Asamblea General de Estudiantes, en su mayoría, consideró que no había argumentos suficientes que sustentaran el cambio en el examen. «En octubre se convocó a una asamblea, donde participaron más de dos mil 500 estudiantes, allí le solicitamos derogar ese acuerdo, pero no lo hizo», puntualizó Rúa.

Como consecuencia, llegó el paro. Inicialmente, se limitó a algunas facultades. Con el correr de los días, se fueron adhiriendo cada vez más unidades académicas hasta que, actualmente, solo la Facultad de Ciencias Económicas, el Instituto de Filosofía y una parte de la Facultad de Comunicaciones se han manifestado en desacuerdo con la medida del cese de actividades.

«Nosotros llevamos mucho tiempo insistiendo en que el rector presente las propuestas y que la gente las conozca, las construya y las refute, pero no hubo respuesta. El paro no es una medida caprichosa u opcional, es la culminación de un proceso en el que no se nos permitió participar de la construcción de las decisiones«, aseguró Rúa.

A pesar de la polémica, los pasados 3 y 4 de noviembre se realizó el primer examen de admisión tras la decisión rectoral. Más de 49 mil personas se presentaron con el sueño de estudiar en una de las instituciones de educación superior más prestigiosas del país. 

«El balance tras las pruebas es completamente positivo. Se desarrolló el examen sin contratiempos ni problemas de orden público; los profesores acudieron a cuidar y velar por la normalidad durante el examen», detalló Alviar.

Más cambios: reglamento estudiantil y posible cierre del bachillerato nocturno

Si bien el foco de atención se desvió hacia el examen, otras decisiones de la Administración Universitaria han generado ecos en la comunidad académica. El factible cambio en la normativa educativa de la universidad, además del supuesto cierre de algunas sedes regionales y de bachillerato nocturno de la universidad, ocasionaron controversia.

«Va a haber un cambio en el reglamento, y no nos ha dado participación a los demás estamentos«, dijo Alexánder Rúa, que ya ha estado en debates televisivos con el rector, donde le ha expuesto sus argumentos.

Pero Alviar mencionó todo lo contrario. «Estoy dispuesto al diálogo. He asistido a reuniones con los estudiantes, con los profesores. Siempre hemos estado a favor del diálogo constructivo», refutó.

En cuanto al tema del cierre del bachillerato nocturno, señaló que «es una decisión que debe tomar el Consejo Superior, con base en los estudios que la Secretaría de Educación haga en torno a la viabilidad académica del sistema».

Eso sí, garantizó que «no se va a cerrar ninguna sede de la universidad. Lo que estamos haciendo es evaluar los programas para definir cómo ser más pertinentes».

Desde la perspectiva de algunos sectores estudiantiles, Alviar se contradice en ese aspecto. «En los últimos días cambió el discurso y ahora dice que no va a cerrar ninguna sede regional, cuando desde un principio dejó clara su postura de cerrarlas«, precisó Rúa.

Incluso en medio del debate, el Rector instó a los estudiantes «a retomar la actividad académica y cultural de la universidad». Exhortó que «no hay razones para hacer un paro por un asunto académico y que no afecta directamente a los estudiantes actualmente matriculados».

Además, solicitó acudir al diálogo como principal vía para la resolución de los conflictos, ya que está en desacuerdo con los actos violentos registrados en semanas pasadas en la institución. 

«Lo último que hicimos fue crear una comisión integrada por profesores, estudiantes y delegados del Consejo Académico, a fin de establecer mecanismos de acercamiento y estudiar los temas a tratar en la universidad», finalizó Alviar.

Por lo visto, la problemática en la UdeA tiene tantos matices como actores. Los estudiantes, los profesores y los administrativos deberán, entonces, llegar a acuerdos que permitan esclarecer el futuro académico de la Alma Máter, un escenario donde diariamente se construye el proyecto de vida de más de 40 mil personas.

Acerca de David Esteban Álvarez Ortiz

Foto del avatar
Soy periodista, locutor e historiador en formación. Aficionado a la cocina, al cine, al fútbol y al baile, creyente de la educación como motor de cambio. Redactor de economía y derechos humanos.

Deja un comentario

Comparte esto con un amigo