A Barranquilla llegó la primera carga de carbón represada en Norte de Santander

En los próximos cuatro meses, por la ruta Gamarra-Barranquilla, se manejarán 45 mil toneladas de carbón y 11 mil de granos. 

Foto: Cortesía Ministerio de Transporte
Foto: Cortesía Ministerio de Transporte

Hasta el Puerto de Barranquilla y procedentes del Puerto Capulco en Gamarra, Cesar, llegaron las primeras tres mil 500 toneladas de carbón represadas en Norte de Santander tras la crisis fronteriza con Venezuela y las primeras 500‎ procedentes del departamento de Boyacá.

“Para el transporte de estas cuatro mil toneladas por medio terrestre, se hubieran requerido de 125 tracto mulas transitando una distancia de mil kilómetros de ida y vuelta, lo que hubiera representado mayor tiempo y mayor congestión en nuestras vías nacionales”, expresó la ministra de Transporte, Natalia Abello Vives.

En los próximos cuatro meses, por la ruta Gamarra-Barranquilla, se manejarán 45 mil toneladas de carbón y 11 mil de granos, gracias a la puesta en servicio de tres convoys adicionales con capacidad de 450 mil toneladas / año, que permitirán sacar más eficientemente el carbón represado.

“Este proyecto ratifica que combinar las iniciativas público – privadas pueden hacer posible la exportación de los carbones del oriente del país, que durante dos décadas solo habían podido ser exportados a través de Venezuela, ahora pueda usar la nueva ruta Cúcuta-Gamarra y desde ahí por río hasta Barranquilla”, explicó la ministra Abello.  

Con el arribo del primer convoy se establece una ruta competitiva y sostenible para la exportación de los carbones santandereanos.

Con el transporte continuo del mineral a través del puerto se generan al menos 50 empleos directos, lo que implica progreso y bienestar a los municipios aledaños.

Acerca de Andrés Felipe Bustamante Restrepo

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Comunicador social - educador. Dios, familia, amigos. Interesado en el proceso de paz, en los deportes y en vivir en armonía. Poco comunicador, muy periodista. Me gusta saber sobre la historia de la Colombia violenta, no por apología, más por entender el porqué de todo este complot violento en el que vivimos inmersos los colombianos del común. Creo en lo que se hace bien, como diría un maestro: “no se mate haciendo las cosas, hágalas bien”. No hay que morir en el intento, hay que hacerlo.

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