Microtráfico mueve 6 billones de pesos en el mercado nacional, anunció el DNP

Antioquia, por su parte, mueve el 12 % del narcomenudeo en todo el territorio nacional. Sólo lo superan Cundinamarca y Valle del Cauca.

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En Colombia hay un estimado de 1.480.000 consumidores. Foto: Archivo.

De acuerdo con un estudio del Departamento Nacional de Planeación -DNP-, en Colombia está tan estabilizado el narcomenudeo que, tan sólo en 2015, el país movió debido al accionar criminal de las Bacrim y Odín más de 6 billones de pesos en alucinógenos, lo que representaría un 0,75 % del Producto Interno Bruto -PIB-.

De dicho valor, unos 300 mil millones corresponden a las ganancias de las redes de cultivo, mientras que 2,5 billones a la banda delincuencial que la distribuye. Sin embargo, la mejor ‘tajada’ se la llevan los expendedores, que acumularon la espectacular cifra de 3,2 billones de pesos.

Así las cosas, el DNP estableció que el la rentabilidad en el caso del microtráfico es del 346,2 %, mientras que para el narcotráfico es del 260 %, en vista de la cantidad de incautaciones que realiza la fuerza pública.

«La acción estatal, con el aumento de recursos y de pie de fuerza, llevó a que las organizaciones del narcotráfico cambiaran el modelo de negocio a partir del 2009 e hicieran el tránsito hacia la multicriminalidad y delincuencia organizada para abrir nuevos mercados como el del narcomenudeo, que les generan más rentabilidad así hayan perdido la hegemonía sobre el negocio», indicó Simón Gaviria, director del DNP.

Esa mutación ha favorecido para que Colombia se convierta en el cuarto país en Suramérica con mayor cantidad de consumo de marihuana y cocaína, algo que hasta hace poco era impensado, pues Colombia era productor, mas no consumidor.

El estudio, además, precisó que los principales mercados para el comercio de drogas son los departamentos de Cundinamarca (22% de representatividad en el mercado), Valle del Cauca (14%), Antioquia (12%), Magdalena (7%) y Santander (5%). 

En tanto que por capitales el mercado lo encabeza Bogotá (19%), seguido de Barranquilla (3%), Pereira (3%), Bucaramanga (2,5%) y Medellín (2,5%).

Asimismo, se pudo establecer que el consumo ha impactado más la zona urbana que la rural, pues el 56 % de los consumidores nacionales viven en alguna capital, especialmente, en Bogotá, Barranquilla, Medellín, Bucaramanga, Santa Marta y Pereira.

La droga más consumida es la marihuana, con poco más de un millón de consumidores. Le siguen la cocaína, con 253 mil; el éxtasis, con 82 mil; y cierra el basuco, con 80 mil. 

Por su parte, los municipios de Tumaco (Nariño), Puerto Asís (Putumayo), Tibú (Norte de Santander), Valle del Guamuez (Putumayo) y El Tambo (Cauca) son las jurisdicciones con mayores tasas de producción de hoja de coca, en tanto que el 78 % de los municipios considerados productores del ilícito son alta incidencia del conflicto armado.

Parte de esa producción, dice el DNP, se queda en Colombia. La estimación económica deja entrever que en el Archipiélago de San Andrés, una dosis de cocaína puede costar 20.00 pesos, mientras que en Bogotá 11.500 pesos. Entretanto, en Antioquia cuesta unos 9.000 mil pesos.

«El consumo de cocaína es un fenómeno tanto urbano como rural. Por eso el mercado interno resulta muy atractivo para las organizaciones dedicadas al narcomenudeo, que corren menos riesgos dejando el 1% de la producción para comercialización dentro del país que enviándola a los mercados externos», explicó Gaviria.

Pese a los operativos de las autoridades, el narcomenudeo tiene cada vez más incidencia. Si bien la Policía y el Ejército incautaron 469,5 toneladas de cocaína, marihuana y basuco en 2015 gracias a más de 174 mil operativos contra estructuras delincuenciales, y por lo menos se incautaron 115 millones de dosis, el negocio sigue siendo rentable, gracias a los elevados precios.

Acerca de David Esteban Álvarez Ortiz

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Soy periodista, locutor e historiador en formación. Aficionado a la cocina, al cine, al fútbol y al baile, creyente de la educación como motor de cambio. Redactor de economía y derechos humanos.

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