Acuerdo final: fin del conflicto más allá del cese al fuego bilateral

El cese de las hostilidades fue sólo el principio de una serie de acuerdos que pondrían fin no sólo al conflicto con las Farc, sino que darían claridad del origen de los paramilitares y las Bacrim.

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Desde que se decretó el cese bilateral, no ha habido ni un solo enfrentamiento entre las partes involucradas. Foto: Archivo.

El punto más perceptible inicialmente de toda la agenda de paz fue el tercero, que buscó abordar la problemática del conflicto armado, englobando sus orígenes, matices, consecuencias y factibles soluciones, en las que el cese al fuego bilateral, pactado el pasado 29 de agosto, fue sólo el primer paso hacia el fin de las confrontaciones (Lea nuestro resumen del segundo punto de los acuerdos: Acuerdo final: participación política y apertura democrática).

Claro está, era necesario subir ese primer escalón. Por tal motivo, el primer artículo de este tercer punto del acuerdo final precisó la necesidad de «terminar de manera definitiva las acciones ofensivas entre la Fuerza Pública y las Farc, las hostilidades y cualquier otra conducta» que violara el cese bilateral.

El siguiente paso se dará en los 180 días siguientes al Día D (cuando se firme la paz, el 26 de septiembre), y será el desarme definitivo de los guerrilleros de las Farc en las zonas de concentración dispuestas por los equipos negociadores en diferentes veredas del país, el cual será coordinado y verificado por un mecanismo tripartito compuesto de delegados de ambas partes y, además, de Naciones Unidas.

Asimismo, este punto de la agenda de paz conjunta los parámetros de las zonas veredales, la cantidad de policías que las custodiarán y toda la normativa que deberán obedecer dichas zonas de normalización, de las cuales hay cuatro en Antioquia, a saber, en veredas de Remedios, Vigía del Fuerte, Ituango y Dabeiba (Amplíe: Las ventajas del cese al fuego en Antioquia: impacto rural y subregional).

Además, el acuerdo cobija y protege a los efectivos de las Farc durante sus traslados a las zonas veredales, ya que podrían ser objeto de ataques por parte de otros actores armados del conflicto armado colombiano, como organizaciones paramilitares, el Eln o Bacrim.

El armamento que entreguen las Farc, por su parte, será recogido por Naciones Unidas y el Gobierno nacional, quienes se encargarán de transportarlo a fundiciones donde se hará su respectiva fundición y adecuación para la construcción de un monumento en honor a la paz y el fin del conflicto. Todo lo anterior sucederá en los seis meses siguientes al Día D.

Reintegración civil, la salida definitiva

Además de participación política, el Gobierno deberá darle garantías a los desmovilizados de las Farc para que puedan reincorporarse a la sociedad. Claro está, éste será un proceso gradual que tomará años, aunque el Gobierno empezará a tomar medidas desde ahora con el objetivo de que en un plazo de 24 meses, dicha reincorporación se haga efectiva.

Así las cosas, aparte de facilitarle el acceso a la política, el Gobierno brindará a las Farc el acceso a la vida civil gradual por medio de listas en las que estarán inscritos todos los guerrilleros desmovilizados, quienes deberán responder por sus crímenes y, en caso de colaborar con la justicia para reparar a las víctimas, podrán purgar sus penas sin pagar cárcel.

Especial atención merece el tema de los menores de edad en manos de las Farc, quienes en días pasados empezaron a ser entregados a la Cruz Roja Internacional y a Unicef, organismos que certificaron que están en buen estado de salud (Lea también: Farc cumplieron y empiezan a entregar menores de sus filas).

En todos los casos, los nombres de los desmovilizados serán de carácter confidencial y de absoluta reserva, para garantizar su protección.

Por otra parte, se les dará acceso a la educación a los excombatientes subversivos, se les otorgará una pensión de dos años inferior al salario mínimo para que puedan subsistir mientras estudian y consiguen un trabajo estable y serán apoyados en caso de querer participar en el partido político que creen las Farc una vez desmovilizadas.

Los otros actores también cuentan

El conflicto armado colombiano no ha sido de dos. Además de Farc y Estado, los paramilitares, el Eln, bandas que se financian a través de narcotráfico, entre otros, han participado de la guerra que ha carcomido los cimientos de la nación en los últimos 60 años. 

Por eso, este punto del acuerdo final contempla que se esclarezcan los orígenes de algunas de las anteriores organizaciones criminales, que se les revele la verdad a las víctimas y se les garantice a dichos grupos delincuenciales su destino merecido: la justicia penal ordinaria.

Una unidad especializada se encargará, por tal motivo, de investigar los crímenes de guerra que han bañado en sangre al país, como masacres, tomas armadas y enfrentamientos con fuego cruzado, con el fin de dar con el paradero de los responsables y llevarlos ante la justicia en caso de que no cooperen.

Este es sólo el primer paso, pues el objetivo final es resolver el problema de fondo, promoviendo a través de diversas campañas y programas, la paz y la sana convivencia entre la ciudadanía, aspecto que también conjunta el tercer punto del acuerdo final de paz.

Este es sólo uno de los puntos del acuerdo final pactado entre Gobierno y Farc en Cuba, y que usted podrá refrendar o derogar el próximo 2 de octubre. Para leer todo el tercer punto de los acuerdos, visite el sitio web oficial.

Acerca de David Esteban Álvarez Ortiz

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Soy periodista, locutor e historiador en formación. Aficionado a la cocina, al cine, al fútbol y al baile, creyente de la educación como motor de cambio. Redactor de economía y derechos humanos.

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