¡No más caciques políticos en el Congreso!

Según el representante a la Cámara, Samuel Hoyos, la reelección indefinida de parlamentarios ha generado una élite política que ha consolidado a través del tiempo, un importante poder burocrático y económico.

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Así luce hoy en día el Salón Eliptico, tras recibir una inversión de 12 mil millones de pesos, y haber estado en reparación seis meses. Foto: (Colprensa – Mauricio Alvarado).

Un interesante proyecto de ley cursa hoy en el Congreso de la República, presentado por el representante a la Cámara, Samuel Hoyos Mejía, en la que busca que los parlamentarios no puedan ser reelegidos más de una vez en esta corporación.

La propuesta busca que no hayan más caciques políticos en el Congreso, muchos de los cuales no tienen ni siquiera la decencia de deliberar en los debates de Senado o Cámara, sino que prestan su voto a favor a quienes ofrezcan la mermelada más jugosa, generalmente con la lujosa marca “Casa de Nariño”.

Esta iniciativa legislativa, es una muestra del descontento ciudadano que existe con algunos vetustos politiqueros aferrados al poder, al dulce maná que llega a las abultadas cuentas bancarias de algunos de nuestros parlamentarios y que además, van, sin descaro alguno, detrás de nada despreciable jubilación del Congreso de la República.

Estos sujetos, revestidos no solo de su investidura sino de su egocentrismo y pedantería, pretenden vivir lujosamente a costillas de un pueblo que cada día flaquea más, producto de la crisis económica que se vive en el país y de la economía paralela, a causa del actuar de los ilegales, que curiosamente, muchos de ellos tienen estrecha relación con estos políticos.

Además de pretender acabar con estos cacicazgos, también promueve la tan necesitada renovación política, tanto en Congreso como en los partidos políticos, muchos de los cuales tienen visiones arcaicas y sesgadas de la vida, el país y su población.

Celebro mucho este proyecto de ley, me causa mucha emoción pensar que estas mafias políticas van a perder su poder parasitario y que de una vez por todas, se le abra campo a que las nuevas generaciones tomen las decisiones para tratar de arreglar un país que sus antecesores pusieron patas pa’ arriba, y que pensaron que el Congreso se asemeja a un burdel legislativo.

Sin embargo, una sombra merma este entusiasmo, y es con una propuesta que otrora hiciera el entonces senador de la Alianza Verde, Camilo Romero (hoy gobernador de Nariño), en la que promovía la iniciativa “Revoquemos el Congreso”, que tristemente no pasó por falta de firmas ciudadanas.

No obstante, si esta propuesta no pasa debido a la codicia de nuestros honorables líderes, la ciudadanía no puede dejar morir estas iniciativas, y mucho menos a manos de quienes se reparten el país como si fueran unos vándalos al servicio del poder político.

Necesitamos una nueva ciudadanía que entienda que el principal poder de una nación no es el legislativo, ni el ejecutivo ni el judicial, sino el pueblo mismo, capaz de llevar las riendas de este país, y que no se somete a la clase política tradicional ni a las élites que  pretenden mover los hilos de nuestro destino.

No hay que olvidar que el pueblo no ha sido víctima sino cómplice de sus malos gobernantes y líderes, y que la pasividad no traerá mayores cambios sino que promueve el status quo de un país que se cae a pedazos.

 

Acerca de César Betancourt Restrepo

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Profesional en Comunicación y Relaciones Corporativas, Magister en Comunicación Política y Empresarial, escritor y periodista.

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