El Palpitar Noticias, Medellín, Antioquia, Colombia, Acontecimientos de interés común, Hechos de ámbito internacional.
Todos nos hemos visto afectados por el paro, pero las víctimas menos tenidas en cuenta han sido los animales.
Ha transcurrido más de un mes desde que comenzó el paro camionero y con ello un sinnúmero de noticias que llenan los titulares de los medios, así como comunicados por parte de representes de los diferentes sectores económicos y consumidores del país en rechazo a algunas de las acciones generadas por los participantes de las protestas.
Sin embargo, han sido pocas las voces que han hablado de la terrible situación que han de estar viviendo los animales transportados en las carreteras del país y que se encuentran sufriendo silenciosamente.
En pasados días la ONG AnimaNaturalis Internacional denunciaba en su página web el maltrato al que fue sometido un cerdo, caso que se conoció por la viralización de un video en la red social Facebook.
Entre dos hombres abrieron uno de los cajones de un camión en reposo, entre la muchedumbre gritaban “halen de la cola” y así fue, lo halaron, y el cerdo desesperado y chillando intentaba escapar, pero no le fue posible. Varios hombres se unieron a la escena, tiraron al cerdo al piso y lo inmovilizaron. Fue todo lo que se pudo ver en el video, ni imaginarse su terrible final.
Por su parte, la Federación Nacional de Avicultores de Colombia–Fenavi, por medio de un comunicado rechazó la posición de los camioneros a los cuales “no les importa que se mueran los pollos” indicando que con el paro se hace daño “a la economía del país y a un sector que es responsable de la seguridad alimentaria de Colombia”. Según una publicación de Caracol Radio, tan solo en Antioquia 5 millones de gallinas ponedoras no tienen alimento y otros 8 millones 200 mil pollos “de engorde” también carecen de sustento.
Adicionalmente, las noticias el pasado lunes 11 de julio alertaban sobre desabastecimiento de carne en el Departamento, pues según los ganaderos de la Feria de Ganado, para este día esperaban entre 5 y 6 mil reses y “solo llegaron 300”. En este caso la preocupación del sector ganadero es que no haya carne para el área metropolitana y otros departamentos como el Valle y el Cauca.
Insensibilidad
Lo que asombra a todas estas, es la insensibilidad con la que los animales son tratados, incluso por quienes encuentran en su cría y matanza un negocio. No hay espacio para hablar del sufrimiento de los animales, ¿cuántos de ellos estarán ahora mismo en medio de una carretera?, con hambre, con sed, estresados y confundidos.
Ellos, víctimas inocentes de este paro, no entienden qué pasa. Van camino al matadero y además son sometidos a las acciones indolentes de unos cuantos, y a la indiferencia total hacia sus intereses mínimos de bienestar. Vacas, cerdos, pollos y otros animales son transportados a través de miles de kilómetros durante horas que pueden ser desde 8 hasta más de 24.
Con el paro, se vislumbran además los niveles de explotación de los animales: por millones se cuentan las gallinas ponedoras… seguramente no serán gallinas felices en amplios gallineros, no tendrán su espacio privado para poner sus huevos (como les gusta) y tampoco tendrán un lugar en la jerarquía típica para un grupo de animales de su especie. No, lo más seguro es que vivan en galpones en donde no podrán escarbar la tierra, ni enseñar a sus polluelos la simpleza de la vida o disfrutar del sol.
La vida de los animales que llegan a los platos es triste por donde se les mire y la indiferencia ante su dolor se evidencia hoy con la coyuntura de las protestas en el país.
