Despierta antioqueño

Qué pensaría si le dijera que hoy el poema del maestro Epifanio, originalmente titulado “El canto del antioqueño” y  publicado en 1868, está más vivo que nunca?

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Foto: CORTESÍA.

Pues sí, aquel poema que mediante la Ordenanza No. 6 del 10 de diciembre de 1962 fue seleccionado como nuestro amado Himno, hoy está más vivo que nunca y al comprender sus estrofas nos damos cuenta de que la lucha aún continua siendo por nuestra libertad;  de que el victimario que nos impone hoy el yugo ya no es el mismo de antaño;  pero de que no es menor el dolor que causa, ni menores sus consecuencias.

Con el nivel de violencia que vemos en Medellín hoy, el sometimiento de los ciudadanos a manos de diferentes organizaciones criminales, que podemos llamar combos o bandas barriales, sentimos que “la libertad ya no perfuma las montañas de mi tierra, ni el hacha de mis mayores resuena con libres acentos” y aunque el tirano ya no es el mismo, el sometimiento y violencia que viven hoy en los barrios los ciudadanos de bien, acostumbrados ya a las vacunas, a las extorsiones y a la falta de libertad con las fronteras invisibles, adormecidos por la costumbre de tener un amo, ya no nos permite ser altivos y libres.

Medellín ha pasado a través de su historia, momentos terribles de violencia, sus calles han sido testigo de guerras de narcotráfico, paramilitarismo y guerrilla, que de cuando en cuando llevan casi a la extinción a toda una generación de jóvenes que bien pudieron ser protagonistas de nuestro desarrollo, pero que en su lugar bañaron de sangre nuestro suelo antioqueño.

Cómo podremos decirle a los hijos, que “nací libre como el viento, de las selvas antioqueñas, como el cóndor de los Andes, que de monte en monte vuela” y que hoy por cobardía, entregamos nuestra herencia a delincuentes que con terror sometieron nuestra tierra.

Por eso hoy los invito, como decía el maestro Epifanio “Muchachos, le digo a todos los vecinos de las selvas, la corneta está sonando… ¡tiranos hay en la sierra!” Defendamos nuestra tierra, ya no con las armas, no propaguemos la violencia. Lo que nos hincha el corazón cuando escuchamos su letra, que recobre hoy más que nunca  sentido; que al político de verdad le duela nuestro dolor y el militar o policía con honor, proteja nuestra herencia antioqueña.

Acerca de Rolando Plazas

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Analista de Sistemas y Diseñador Gráfico. Inquieto por la seguridad y administrador del grupo Motos Robadas y Encontradas.

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