La Nobel de Paz, Rigoberta Menchú, invitó a los colombianos a tener agendas de paz propias

Menchú destacó que todavía queda pendiente por establecer el tema de la restitución de la dignidad

Foto: Cortesía
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Este miércoles, la ganadora del Nobel de Paz, Rigoberta Menchú, invitó a los colombianos a establecer sus propias agendas de paz tras los acuerdos que se están estableciendo entre el Gobierno y las Farc, bajo el argumento de que ellos «no son los que resuelven el conflicto por sí solos”, sino el consenso de las comunidades en relación con los acuerdos.

«No solo se deben promover los acuerdos de paz o los avances que se dan en la mesa de negociación para que la gente tenga así una explicación única por parte del Estado, sino que son los propios sectores de la sociedad los que tiene que implementar la paz firme y duradera que sueña Colombia», afirmó Menchú.

La Premio Nobel Paz de 1992, también instó a tener políticas públicas que incluyan los contenidos de la paz y las demandas sociales, que sean instituidas a través de los establecimientos educativos y las iniciativas públicas y privadas.

«Si son jóvenes que hagan su agenda de paz, si son entidades privadas que hagan su agenda, que los medios hagan la suya. No traten de esperar que se les ponga una agenda común a todos», recomendó.

La líder guatemalteca afirmó que los acuerdos de paz que se alcancen en la mesa de negociación de La Habana «no son los que resuelven (el conflicto), sino la aplicación de los mismos y el cumplimiento de los compromisos para hacerlos verdad».

Finalmente, Menchú destacó que todavía queda pendiente por establecer el tema de la restitución de la dignidad, que aún «no está claro en la agenda” y que debe ser clarificado y pactado antes de la firma final del acuerdo, que debería ser el próximo mes de marzo de 2016.

Acerca de Andrés Felipe Bustamante Restrepo

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Comunicador social - educador. Dios, familia, amigos. Interesado en el proceso de paz, en los deportes y en vivir en armonía. Poco comunicador, muy periodista. Me gusta saber sobre la historia de la Colombia violenta, no por apología, más por entender el porqué de todo este complot violento en el que vivimos inmersos los colombianos del común. Creo en lo que se hace bien, como diría un maestro: “no se mate haciendo las cosas, hágalas bien”. No hay que morir en el intento, hay que hacerlo.

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