Acuerdo final: participación política y apertura democrática

Las 10 curules en el congreso por dos períodos son solo una de las aristas que tiene el segundo punto del acuerdo final.

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Congreso de la República. Foto: ARCHIVO.

Quizá, fue el punto del acuerdo en el que más diferencias hubo entre Gobierno y Farc: la participación política funcionará como canje en el posconflicto y permitirá que los guerrilleros dejen a un lado las armas y puedan ejercer su democrático derecho a hacer política (Lea nuestra nota sobre el primer punto de la agenda: Acuerdo final: el primer paso a una reforma agraria).

De este punto del acuerdo hay antecedentes. Cuando se conformó la Unión Patriótica con desmovilizados de las Farc y el Eln, se les sometió a un proceso de exterminio político que impidió que los acuerdos se hicieran efectivos; incluso, se especuló que hubo condescendencia estatal para muchos delitos. Incluso, cuando Álvaro Uribe hizo acercamientos con las Farc, declaró que estaría dispuesto a otorgarles curules si eso pondría punto y final al conflicto.

Por tal motivo, este punto del acuerdo se blindó de tal manera que el Estado sea enteramente responsable de la seguridad de los desmovilizados de las Farc y les garantice el acceso a la participación política, con el fin de que los subversivos reemplacen las balas por discurso en los cargos públicos.

Según manifestó la congresista Claudia López, este punto de la agenda permitirá que las Farc expongan sus ideas y que sea el pueblo el que decida si concuerda con ellas o no.

Para tal fin, el punto dos plantea que el Gobierno protegerá y dispondrá de efectivos de las fuerzas armadas para cuidar a los candidatos de las Farc, quienes a su vez participarán en campañas con el fin de obtener puestos políticos: concejos, alcaldías, asambleas, gobernaciones y congreso. 

Así pues, el Estado solo le asegurará a las Farc cinco curules en el Senado y cinco más en la Cámara de Representantes durante dos períodos consecutivos de cuatro años, tras lo cual deberán obtener los cargos públicos por vía democrática, como cualquier otro partido o movimiento político.

Este aspecto contempla varios puntos, a saber, una adecuación normativa e institucional, prevención, protección, evaluación y seguimiento. Todos los anteriores permitirán que el partido político que creen las Farc tenga acceso a los cargos públicos con garantías de que no se repitirá la historia de la Unión Patriótica.

Equidad en la competencia política

Pese a que en Colombia hay partidos que claramente se oponen al Gobierno, como el Polo Democrático y la renacida UP, es evidente que no hay paridad en la recepción de recursos y capacidad de hacer campaña contra partidos fuertemente estructurados, como el Partido de la U, el Centro Democrático, el Partido Liberal o el Conservador.

Por tal motivo, este punto del acuerdo final contempla la necesidad de equiparar fuerzas, lo que permitirá que la competencia sea más equilibrada. «Se incrementará el porcentaje que se distribuye por partes iguales entre los partidos o movimientos políticos con representación en el Congreso y se aumentará el fondo de financiación de partidos y movimientos políticos», expresa el acuerdo.

Asimismo, indica que «se tomarán medidas (…) para ampliar los espacios de divulgación del programa político de los partidos o movimientos políticos con representación en el Congreso».

Para que tal tarea valga la pena, también se harán arreglos y programas que aumenten la participación ciudadana y que anime al electorado a asistir a las urnas cuando se le convoque por elecciones. 

«Se realizará una campaña nacional de cedulación masiva, con prioridad en las zonas marginadas de los centros urbanos y en las zonas rurales, particularmente en las más afectadas por el conflicto y el abandono y previendo medidas para facilitar el acceso a esta campaña por parte de las mujeres rurales» indica el punto.

Así pues, contrario a lo que pareciera, el punto de participación política no solo brinda garantías a las Farc, sino en general a cualquier movimiento o partido político que quiera hacer valer su derecho de participación, sea de izquierda o derecha. 

Este es sólo uno de los puntos del acuerdo final pactado entre Gobierno y Farc en Cuba, y que usted podrá refrendar o derogar el próximo 2 de octubre. Para leer todo el segundo punto de los acuerdos, visite el sitio web oficial.

Acerca de David Esteban Álvarez Ortiz

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Soy periodista, locutor e historiador en formación. Aficionado a la cocina, al cine, al fútbol y al baile, creyente de la educación como motor de cambio. Redactor de economía y derechos humanos.

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