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La Catedral Basílica Metropolitana es uno de los espacios de reflexión más concurridos en Semana Santa.
En pleno Centro de Medellín históricamente se ha dado un contraste interesante a cuentas de la Catedral Basílica Metropolitana, ese templo que hace un llamado a la espiritualidad y encuentro con Dios en su imponente edificación, pero que está a un lado del Parque Bolívar, espacio complicado para la seguridad en la ciudad.
“Es un contraste porque una vez adentro invita y es magnánimo, pero los alrededores son dificultosos porque estamos ubicados en el Centro de Medellín, donde la seguridad es complicada. Tenemos el fenómeno de muchos habitantes de calle, de mucho robo, hay lugares específicos de vicios, bastantes moteles y una actividad principalmente en las horas de la noche, pero por dentro se siente la esperanza”, manifestó el párroco de la Catedral, Bernardo de Jesús Restrepo.
Sin embargo, los 1.120.000 ladrillos que le dan altura a esta Catedral en un estilo Neorrománico plasmado por el francés Charles Émile, hacen que a simple vista la arquitectura invite a descubrir un espacio interior que alberga misterios, historia y, principalmente, mucha espiritualidad.
En esa medida, el párroco también expresó que: “Más que el misterio es una profunda catequesis que a todos se nos ofrece, el conjunto de todo lo que esto compone: El piso, el mármol, los altares, los mosaicos, los vitrales, las lámparas, la penumbra del lugar, las bóvedas; tantas cosas que en el contexto ordinario de los barrios son difíciles de encontrar, pero que las resumimos todas en la catedral”.
Por ejemplo, muchos desconocen que la Catedral alberga un Museo de Arte Religioso con joyas pictóricas, escultóricas, ornamentos como casullas, dalmáticas y capas pluviales que suman valor a la historia que allí reposa.
Por otra parte, está “el Órgano de la Catedral que significa un patrimonio invaluable para toda América Latina, uno de los más reconocidos por todo lo que representa, pero también por todo lo que da en las ceremonias importantes del pueblo”, como lo manifestó el religioso.
Pero desde la Arquidiócesis de Medellín se quiere resaltar más que su arquitectura, el espacio que los creyentes católicos encuentran allí, pues para el párroco no es sólo un recorrido por sus misterios, “sino celebración de fe que se hace connotación de esperanza para todos los que visitan este lugar”.
Y éso se ha evidenciado en esta Semana Santa, en donde la visita de los creyentes ha sido bastante positiva, pues el párroco destacó que ha sido masiva y participativa y lo atribuye no sólo a que muchos decidieron no salir de la ciudad por el clima, sino a un momento de reflexión que quedó tras la tragedia en Mocoa.
Así las cosas, la invitación queda extendida, no sólo a descubrir la historia y arquitectura que este templo alberga, sino también a un encuentro de reflexión y espiritualidad en el espacio propicio.
