Bajo una pequeña brisa, los feligreses vivieron una vez más, la procesión de este Sábado Santo.
En el municipio de Itagüí se celebró la procesión de la Virgen de los Dolores. La conmemoración se caracterizó por una gran asistencia, pese a la llovizna que se presentó en la tarde. No obstante, los feligreses con sombrillas y velas salieron a participar de esta tradición itaguiseña.
«Nosotros como católicos y que tenemos una gran devoción a la Santísima Virgen, por eso para nosotros es muy importante seguir la procesión y no dejarla acabar… Nosotras como madres de familia inculcamos esta tradición entre los hijos y los nietos para que ellos no pierdan la fe para recoger los testimonios de la virgen» expresó Cecilia Toro, una mujer que cada año le da gracias a la Virgen porque según ella, la santísima le cumplió el deseo de tener un hijo.
Muchas mujeres como Cecilia le dan sus agradecimientos a la Virgen de los Dolores con su asistencia a la procesión que, cada año, cumple con gran expectativa por su despliegue con la banda marcial, la marcha de los sacerdotes y los tradicionales monumentos que siempre se alzan en lo más alto.
Por su parte, Faber Agudelo asiste como un joven más en la actividad religiosa que, de alguna manera, no es muy atractiva para los adolescentes. «Mis abuelos y mis padres me enseñaron la tradición, por eso soy católico y vengo a la procesión. Sin embargo, veo que está bajando la participación pero con la ayuda de la familia se puede mantener esta bella tradición».
La procesión terminó en horas de la noche con una ceremonia de eucaristía oficiada por el párroco de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en el parque principal de este municipio del Valle de Aburrá. No obstante, la multitud de gente que asistió deja entrever que las actividades religiosas y la tradición van de la mano.