Pitbull: entre el amor, el miedo y el maltrato

Que alguien les responda a los defensores de animales qué va a pasar con todos los perros pitbull que la gente muerta de miedo está abandonando en las calles de la ciudad.

Estos pobres animales han caído en manos de un montón de irresponsables, ahora son víctimas del maltrato y la crueldad. Foto: Animanaturalis.

En el transcurso de enero, los medios noticiosos han llenado sus titulares con ataques de perros pitbull a personas vulnerables, por lo general niños y ancianos. Mientras en el corregimiento de San Antonio de Prado, un niño jugaba, una “pit” le lesionó sin razón aparente sus testículos, una semana después en el barrio Kennedy, un pit mató a un bebé y en Valledupar un perro de esta misma raza le arrancó la oreja a un menor de edad. Estos, son solo algunos de los casos publicados.

El pasado domingo 29 de enero, miles de personas marcharon desde el Parque de las Luces con sus perros considerados potencialmente peligrosos (PPP), llegaron a la estación Estadio del Metro, donde varios grandulones exponentes de esta raza terminaron felices en una pileta perfecta para refrescarse luego de la calurosa jornada. Los marchantes, casi todos tenedores de pitbulls, pastores alemanes o bull terriers, exigen la no estigmatización de sus animales, que con una buena educación y en un hogar adecuado jamás atacarán a nadie.

Toda esta situación – que no es nueva – está generando un profundo conflicto social que al parecer ninguno de los Alcaldes de Medellín desde el año 2002 que existe la ley de tenencia y manejo de estas razas, ha querido atender.

Si bien es cierto que el hogar donde crece el animal es importante, tampoco se puede negar que cada individuo tiene una personalidad, digamos “perronalidad” en este caso, algunos son más dominantes que otros, y de todas formas sea nuestro animal de compañía grande, pequeño o considerado PPP, ante algunas situaciones pueden ser instintivos y allí es donde juega la importancia de la gran capacidad de mordida.

Casi todos los ataques generados en Medellín, se han dado en barrios de bajos recursos, donde las personas al parecer no están muy conscientes de la responsabilidad que conlleva tener a un pit: educarlo, esterilizarlo, pasearlo (con traílla y bozal) y ejercitarlo para que desfogue su energía.

Al ocurrir la muerte de un bebé de 18 meses, muchos juzgaron a sus padres – y puede que tengan o no la razón – pero la respuesta de las autoridades fue ridícula, algo así como “todo animal debe tener su bozal, traílla y vacunas al día”, parecen un disco rayado. ¿En serio creen que cuando una persona tiene un perro en casa lo va a mantener con bozal todo el día?, ¡son de la familia!, se supone que si dejaron al bebé con él, confiaban en su perro. Al fin esto lo deberán investigar a fondo las entidades pertinentes, pero por favor, hay que asumir responsabilidades, tanto tenedores como autoridades.

¿Qué se hicieron los organismos de control?, ¿dónde están las exigencias a las secretarías de salud, medio ambiente y gobierno?, ¿por qué no están priorizados los PPP en las esterilizaciones masivas de las unidades móviles?, ¿hay un censo?, y los controles a los criaderos y clubes de pitbull de la ciudad, ¿acaso ellos están promoviendo la tenencia de estos perros sin asumir responsabilidades?

Estos pobres animales han caído en manos de un montón de irresponsables, ahora son víctimas del maltrato y la crueldad, los golpean, los han matado a machetazos, con disparos, los abandonan, los regalan, los amarran en las terrazas. Ellos son atormentados por la falta de consciencia ciudadana y de autoridad. Hoy la Perla tiene en sus instalaciones más de 90 perros que según la ley no pueden dar en adopción, ahora este es su hogar… y según los protocolos, el centro de bienestar solo recibe a politraumatizados y casos especiales que a veces lleva la inspección ambiental.

Por favor, que alguien les responda a los defensores de animales qué va a pasar con todos los perros pitbull que la gente muerta de miedo está abandonando en las calles de la ciudad, ante la falta de acogida de la Alcaldía, ¿pretenderán que los hogares de paso y refugios la asuman? Las soluciones reales, éticas y compasivas, son necesarias ahora mismo.