Mediante consultas populares y movilización ciudadana para presionar al Congreso de la República, los antitaurinos no descansarán hasta el fin del maltrato animal.
Colombia Sin Toreo, una coalición nacional creada para luchar por el fin de las corridas de toros.
En menos de un mes dos noticias alegraron miles de corazones de quienes defienden a los animales en el país, generando así una gran expectativa sobre el futuro que realmente tienen los espectáculos taurinos en el territorio nacional:
El ministro del interior Juan Fernando Cristo radicó el pasado 4 de mayo el proyecto de ley 271 de 2017 que siendo aprobado por el Congreso de la República, prohibiría de tajo las corridas de toros. Esta iniciativa nació con el apoyo de la coalición nacional de entidades defensoras de los animales denominada Colombia Sin Toreo, que busca hacer cumplir el ultimátum que en febrero dio la Corte Constitucional, la cual ordenó que en un plazo de dos años el Legislativo debe garantizar la protección hacia los animales en ese tipo de espectáculos o abolirlos.
El 8 de mayo, se da a conocer la Sentencia T-121 de 2017 de la Corte Constitucional, la cual da vía libre al Distrito Capital de Bogotá de seguir con los procedimientos necesarios para que se realice la Consulta Popular en la que se le pregunte a los capitalinos “¿Está de acuerdo, Sí o No, con que se realicen corridas de toros y novilladas en Bogotá?”. En esta sentencia el Alto Tribunal deja claro que así ganaran los taurinos, los espectáculos que se realicen deben obedecer a las claras restricciones que ha ordenado la Corte para garantizar la protección animal, y que de hecho, no ha cumplido ningún municipio del país que aún realiza estos espectáculos bárbaros.
Es así que ahora los antitaurinos cuentan con importantes herramientas para darle la “estocada final” a estos cruentos, medievales y bárbaros espectáculos; pues ahora no solo Bogotá podrá realizar una consulta antitaurina, sino todos aquellos municipios que así lo deseen (Medellín podría ser el próximo); sino que además el Congreso tiene una papa caliente en sus manos, ad portas de época de elecciones, ¿será que insistirán los honorables senadores y representantes a la cámara en defender espectáculos degradantes que además tienen serios conflictos con los principios Constitucionales y la nueva ética ciudadana de protección animal?.
Hoy el proyecto de ley se encuentra a la espera de ser debatido en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes, la cual se espera siga con el camino de consciencia y defensa de los más vulnerables, que en este caso son los animales.