Los futuros y sueños que «sepultó» la tragedia en la autopista Medellín – Bogotá

Ingrid Lorena Rivillas quería estar con su familia en vacaciones de diciembre en su natal Calí; Bryan Stiven Espinosa aspiraba a terminar su carrera de arquitectura.

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Familiares miraban con desconsuelo las labores rescate. Foto: EL PALPITAR.

Conforme se realizan los trabajos de rescate y remoción de tierra en el lugar de la tragedia de la autopista Medellín – Bogotá, familiares miraban con suma tristeza y expectativa los trabajos de los organismos de trabajo.

Con la mirada perdida y a la vez concentrada en aquella escena, los familiares de las personas que fueron sepultadas por el derrumbe en la autopista Medellín – Bogotá observaban todas las labores de rescate de los organismos de socorro.

“Es muy triste ver esta escena, uno esperando que la familia siga adelante y crezca y que de un momento a otro estén bajo tierra. Es muy duro”, relataba un oficial de la Policía de Tránsito que realizaba las labores de control en la cerrada vía.

Otras voces desde el puesto de comando móvil aledaño al lugar de la tragedia alzaban vuelo en busca de esperanza: “No perdemos la esperanza, quiero que nos digan que rescataron a alguien con vida”, sostuvo Alirio, amigo de una de las personas desaparecidas.

Ingrid Lorena quería estar con su familia en vacaciones de diciembre

Entre las personas desaparecidas en esta tragedia está Ingrid Lorena Rivillas Tovar, profesional de salud ocupacional que partió desde su natal Cali hasta Medellín hace un año para trabajar en la cantera.

Ingrid se encontraba a gusto en su trabajo porque quería ampliar sus experiencias y ayudar económicamente a su familia y, pese a estar sola en la capital antioqueña, tenía la esperanza de ir a su ciudad en diciembre para estar con ellos.

“Ella hizo las prácticas en Cali y le ofrecieron el trabajo acá y lo tomó, ella vivía cerca de la cantera. Estaba muy animada de ir en diciembre donde nosotros”, declaró Jhon Jairo Rivillas, padre de Ingrid.

Y es que la angustia y el dolor es mayor porque “era la menor de la familia, muy juiciosa y entregada a la familia, hasta nos ayudaba económicamente desde acá, nos pagaba la parabólica y le ayudaba a la mamá con un préstamo”, dijo Jhon Jairo.

Bryan Stiven era el alma de la familia en Niquía

Otro de los testimonios de vida que se truncan por esta tragedia es la de Bryan Stiven Espinosa Betancourt, un joven de 22 años que laboraba en el laboratorio de la cantera y aspiraba a terminar sus estudios en arquitectura.

“La ilusión de él era pagar una moto, terminar la carrera de arquitectura, ayer (miércoles) se despidió a las 5:20 de la mañana y le dije que despacio en esa moto para que luego aparezca este derrumbe y me lo tape”, entre lágrimas relató su abuelo.

Hasta la mañana de este viernes, 28 de octubre, el Dapard informó que se han rescatado 10 cuerpos sin vida del derrumbe.

Acerca de Alexander Bermúdez

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Periodista ambiental por devoción y apasionado por los hechos del día a día, siempre en busca de historias y un devorador de libros, series, videojuegos y comics. Mi familia es mi motor para seguir por el camino del periodismo.

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