Subestaciones Central y Guayabal, más modernas y con mayor capacidad

Con una tecnología que garantiza menos cierres viales y la reducción del impacto visual, EPM emprendió en junio pasado la ampliación en capacidad de las subestaciones Central, ubicada en el barrio Suramericana, y Guayabal, en el barrio Campo Amor.

Foto: EPM

El proyecto cuenta con una inversión aproximada de $62.000 millones y se estima finalizar las obras en un año, con lo cual se garantizará la capacidad de atender la demanda prevista hasta 2027.

Gloria Elena Cano Celis, ingeniera electricista y líder del proyecto explica que la tecnología utilizada para la canalización de las redes de distribución de energía se denomina Tunnel Liner, la cual ya ha sido empleada por EPM en obras de acueducto y alcantarillado. “En años pasados se hicieron proyectos de redes de energía subterráneas, sin la utilización de dicho método, pero para la ejecución de las obras de estos de proyectos va a ser usada por primera vez”, precisa.

El sistema consiste en la construcción de un túnel sin necesidad de abrir canales o brechas a todo lo largo de la obra. En su lugar, cada 100 o 150 metros se hacen unos fosos de unos cinco metros de profundidad y, a partir de ellos, se realiza la perforación subterránea por la cual se instalarán los ductos en que se extenderían los cables de potencia.

“Lo más importante es que minimiza las interrupciones de la movilidad, impacta menos el paisajismo y los trabajos tienen menor tiempo de duración”, asegura la ingeniería Cano, quien agrega que para el mantenimiento de las nuevas redes “cada 80 a 100 metros se instalan cámaras, entre las cuales hay algunos empalmes y en caso de que se presente algún evento, se retira el segmento de cable afectado y se reemplaza rápidamente, sin necesidad de hacer trabajos sobre toda la red”.

La modernización de las subestaciones parte de la necesidad de ampliar su capacidad por la creciente demanda de energía eléctrica en Medellín y el Valle de Aburrá. “Las subestaciones operan normalmente, pero se debe hacer una ampliación en cuanto a su capacidad de transformación para poder hacer la distribución de más circuitos de energía a nivel residencial y comercial, porque en este momento cada una ya está en su punto límite”, explica Cano.

En total, serán seis nuevos kilómetros de redes que partirán desde esos puntos estratégicos de la ciudad. Las que parten de la Central irán por el norte hacia la Universidad de Antioquia y el cementerio de San Pedro, por el occidente hacia Naranjal y la carrera 65, y hacia el centro cubrirán toda la zona de La Alpujarra, esta última ruta iniciará construcción en 2021.

Las que salen de Guayabal son, inicialmente, la que cruza paralela al puente peatonal del metro en El Poblado y va por la avenida Regional hasta Ciudad del Río, desde allí se atenderá la demanda de energía en esta zona y sectores aledaños como San Diego y El Poblado. La otra ruta va hacia la zona comercial cercana al aeropuerto Olaya Herrera, de amplio crecimiento industrial y comercial.

“Este tipo de proyectos busca distribuir nuevos circuitos para hacer transferencias y descargar otros circuitos ya existentes. Es como si fuéramos a conectar entre sí algunas subestaciones para mejorar el sistema en cuanto a confiabilidad y respaldo”, afirma Cano.

La líder del proyecto agrega que los proyectos “son necesarios para mejorar la confiabilidad y garantizar la continuidad de la prestación del servicio de energía. Hace 20 o 25 años se hizo una modernización, en cuanto a reposición de equipos de potencia dentro de las subestaciones, por eso es necesario hacer ahora una nueva modernización en cuanto a automatización y nuevas tecnologías”.

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