Contaminación lumínica está dejando a Medellín sin estrellas

Luego de que en 1906 se realizaran las primeras visualizaciones astronómicas, pasaron aproximadamente 300 años en que el ser humano pudo observar la galaxia sin ningún tipo de contaminación.

Foto: Cortesía.
Foto: Cortesía.

¿Se ha preguntado usted por qué cuando quiere ver las estrellas tiene que salir de Medellín? Pues bien, Medellín, como otras grandes ciudades, atraviesa por un fenómeno de contaminación lumínica que no hace posible mirar las maravillas del cielo, debido a la alta cantidad de luces que hay.

Ángela Pérez, coordinadora de astronomía del Planetario de Medellín, habló a EL PALPITAR de las diferentes maneras en que la contaminación lumínica afecta la astronomía y, al mismo tiempo, la salud de humanos y animales.

Para empezar, es importante decir que la contaminación lumínica es producida por la gran cantidad de iluminación artificial que hay en las grandes ciudades, cuya consecuencia más notoria a primera vista es el no poder visualizar la galaxia desde cualquier punto de la ciudad.

“La contaminación lumínica se está dando por la dispersión de la luz en las grandes ciudades, lo que hace que los rayos de luz se dispersen de manera más rápida con el polvo y los gases de nuestra atmósfera, haciendo un efecto iluminador de la atmósfera sobre las ciudades”, explicó Pérez.

A crear contaminación lumínica ayudan las luces de Navidad, la iluminación de las discotecas y sitios nocturnos e, incluso, el alumbrado público. Todos esos factores hacen que en las ciudades sea imposible, por ejemplo, dedicarse a la astronomía con fines científicos, de manera que hay que recurrir a viajar a otros sitios fuera de la ciudad para visualizar los fenómenos de la galaxia.

Hace aproximadamente 30 años, contó la directora de astronomía, desde el Planetario de Medellín se podía ver la vía láctea, a fecha de hoy es más complicado poder visualizarla desde la ciudad, precisamente por esa dispersión de luz.

Para Pérez, el lugar de la ciudad que más contaminación lumínica presenta es el Centro de Medellín. Además, mencionó los sitios de la ciudad que concentran gran cantidad de discotecas que, incluso, llegan a tener unas luminarias que apuntan directamente al cielo y se mueven, todo esto implica una mayor contaminación para la ciudad que, en general, se encuentra muy afectada por este fenómeno.

Sin embargo, no todo está perdido. Ángela Pérez contó que sí hay maneras de revertir, de forma significativa, este fenómeno. En Argentina, por ejemplo, unos estudiantes analizaron las luminarias de su ciudad y encontraron una solución para esta problemática.

“Utilizando las luminarias adecuadas, es posible disminuir la contaminación lumínica. En varias partes, la luz está apuntando hacia el cielo y, por supuesto, ahí es donde nos restan mayor visibilidad. El proyecto consistió en estudiar las luces de su ciudad, con lo que se dieron cuenta que todas apuntaban hacia el cielo, poniéndole una especie de gorrito a cada uno de los bombillos, hicieron que la luz se dirigiera hacia el piso, donde se necesita, y esto redujo bastante la contaminación lumínica”, expuso Pérez.

De aplicarse este método de apuntar las luces hacia el piso en algunas partes de la ciudad, la reducción de la contaminación lumínica se empezaría a ver de inmediato, pero la dispersión de los lugares que rodean el sitio seguiría afectando, por tanto es necesario pensar en estrategias para toda la ciudad donde se pueda hacer una reducción de luz significativa.

Si bien el tema de reducción de la contaminación lumínica es algo en lo que aún no se ha profundizado bastante en la ciudad, Ángela Pérez mencionó tres tips que usted puede aplicar para poner su granito de arena en la lucha contra la dispersión de luz:

  1. Utilizar luces artificiales con sensores automáticos que se prendan sólo cuando las personas estén en el lugar.
  2. No acompañar esas iniciativas que alientan actividades con altos grados de iluminación innecesaria.
  3. En observaciones astronómicas, en lugar de utilizar luces blancas en la noche, se recomienda utilizar luces rojas, que permiten una mayor visualización en la noche.  

De este modo, el lograr una menor contaminación lumínica en la ciudad es un compromiso de todos. Desde la reducción de grandes fuentes de luz artificial hasta la difusión y visibilización de la problemática, pueden aportar para lograr que en Medellín y otras grandes ciudades podamos seguir disfrutando de las maravillas de esa gran bóveda celeste que, a fin de cuentas, es patrimonio de todos.  

Acerca de Andrea Rojas

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Lectora, cinéfila y cafeinómana compulsiva. Creo en el periodismo y el rap bien hechos. Conocí el amor cuando fui a la tribuna Norte y cuando empecé a escribir.

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