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Antonio Nariño, que por sus ideas políticas pasó buena parte de su vida en prisión, murió el 13 de diciembre de 1823 a la edad de 58 años en Villa de Leyva, localidad colonial cercana a Bogotá.
Colombia conmemorará a partir de mañana 9 de abril, con diversos homenajes el 250 aniversario del natalicio del prócer Antonio Nariño, Precursor de la Independencia y traductor del francés de la «Declaración universal de los derechos del hombre y el ciudadano».
El acto central lo encabezará el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien al mediodía depositará una ofrenda floral en su memoria en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, sede del Gobierno.
Antonio Nariño y Álvarez nació en Santafé de Bogotá el 9 de abril de 1765 en una casa que estaba en el lugar que hoy ocupa el palacio presidencial, en el seno de una acomodada familia de origen español, y se convirtió en uno de los personajes más influyentes de la historia de Colombia por su trayectoria como político, militar y periodista.
«Nariño pertenecía a la ‘crema’ de la sociedad bogotana, era, además, próspero comerciante y científico e intelectual aficionado; su biblioteca de alrededor de 2.000 volúmenes era una de las más grandes, si no la mayor colección privada de la Colonia», escribió sobre el prócer el historiador estadounidense David Bushnell en su obra «Colombia. Una nación a pesar de sí misma».
Nariño mostró desde joven una pasión e inclinación por la filosofía, la política y el periodismo que lo llevó a importar en 1790 la primera imprenta del Virreinato de la Nueva Granada que emplearía tres años más tarde para la impresión en español de la «Declaración universal de los derechos del hombre y el ciudadano«, lo que le costó una condena a diez años de cárcel en Cádiz (España), de cuya prisión escapó en 1796.
Por su legado como Precursor de la Independencia, el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional declararon este 2015 el «Año de Antonio Nariño».
Con motivo del aniversario, el Gobierno «quiere destacar a Nariño como una figura de liderazgo relevante para los jóvenes de hoy, dado su espíritu de lucha, su inconformismo y su inquebrantable curiosidad intelectual, que lo llevaron a estar abierto y empaparse de ideas novedosas», señaló el Ministerio de Cultura.
Nariño, que fundó el periódico «La Bagatela» en 1811, fue presidente de Colombia (1811-1813) y del Estado Soberano de Cundinamarca (1813-1815) en un periodo de convulsión política inmediatamente posterior a la independencia de España conocido como «La Patria Boba», en el que defendió el centralismo, opuesto al federalismo liderado por Camilo Torres.
Para subrayar la influencia histórica de Nariño, a partir de julio próximo diferentes instituciones como el Museo Nacional, el de la Independencia, la Universidad Nacional y el Instituto Caro y Cuervo celebrarán diversas actividades sobre la vida del prócer.
Entre las actividades están visitas guiadas para conocer la Imprenta Patriótica empleada por Nariño en su oficio de periodista y recrearán el espacio en el cual realizaba sus tertulias.
La Biblioteca Nacional trabaja además en la reconstrucción de las impresiones originales de la «Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano», obra catalogada como la pieza del mes de abril.
La directora de la Biblioteca Nacional, Consuelo Gaitán, expresó a Efe la importancia de resaltar mediante estas exposiciones la figura histórica de Nariño en un momento en que Colombia busca la paz mediante las negociaciones que el Gobierno y las Farc celebran desde diciembre de 2012 en La Habana.
«Actualmente estamos en un momento de reconciliación, de búsqueda de paz, así que nos parece importante mencionar el papel de Antonio Nariño porque los lineamientos e ideología que él perseguía en esa época, son los mismos que se están evocando ahora», manifestó Gaitán.
Con su nombre han sido bautizados, además del palacio presidencial, un departamento en el suroeste del país, varios municipios de Colombia, una localidad de Bogotá, una universidad, calles y varias unidades militares.
Daniel Suárez Zarta.
