Testimonio de superación, la esencia detrás de Nuestra Tienda Artesanal

Nuestra Tienda Artesanal nació del emprendimiento de un hombre hippie que vendía artesanías en la calle. Ahora tienen tres sedes y una de ellas con café gourmet.  

Raúl Betancourt Rivera y su hijo, un administrador de empresas que ha sido su mano derecha en la ampliación de la tienda. Fotos: El Palpitar.

Caminar las calles de Junín, en el Centro de Medellín, siempre será un recorrido lleno de riqueza cultural, cada local que hoy conforma todo ese circuito comercial está lleno de atractivos, como los de Nuestra Tienda Artesanal, donde más que artesanías, hay historias.

Por ejemplo, está la historia de Raúl Betancourt Rivera, artesano que gran parte de su vida trabajó en la calle, sacaba su mantel y en Junín vendía sus “cositas de cuero”; después lo hizo en La Playa y en San Antonio, hasta que Dios, porque es un hombre muy creyente, le puso en su camino un reto que muchos podrían ver como un “problema”, pero que finalmente se convirtió en una oportunidad de superación.

“Me hice artesano siendo hippie en los 80s, esa palabra quizás lleve a mucha gente a pensar en mucha descomposición, pero en esa época no, éramos jóvenes que salíamos de casa a echar dedo en las carreteras de Colombia”, contó don Raúl, quien ahora es un hombre adulto, pero que sigue manteniendo ese espíritu juvenil.

También detalló que en el 2006 le alquilaron una mesa en el antiguo Teatro Dux para ir vendiendo sus productos.

Nuestra Tienda Artesanal se formó cuando el teatro se acabó. La persona que tenía el espacio alquilado se fue debiendo los servicios y la liquidación de todos sus trabajadores. Don Raúl, sin un peso en el bolsillo, asumió todos esos compromisos con el fin de utilizar ese espacio para una expansión de su negocio.

“Por eso digo que es algo sobrenatural, yo hablé con el dueño y le pedí tiempo. Todo se dio conmigo. Me hice una pared de dos metros, conseguí una mercancía fiada, venían proveedores y les compraba pocas cosas, hasta que logré pagar los servicios”, comentó el hoy propietario de Nuestra Tienda Artesanal, aunque prefiere que no lo llamen así, pues piensa que todo en la vida es prestado.

De hecho, don Raúl es un hombre bastante modesto, algo tímido a pesar de ser un líder reconocido entre los artesanos, y que no deja de ser aquel hippie de los 80s tanto en su estilo de vestir, como en su forma de contar historias.

Por ejemplo, recuerda con cierto tono de gracia que en los inicios, cuando tenían los servicios cortados, el portero del teatro iba hasta la fuente del Parque Bolívar con dos baldes a llenar agua para trapear y echarle a los baños…

Expansión

Hoy en día Nuestra Tienda Artesanal, ofrece más de 3.000 referencias, tiene taller para pedidos personalizados, trabajan aproximadamente 15 empleados y tiene una sede en La 70, otra en El Poblado y la más grande en Junín, donde también funciona un café gourmet con la idea de darle una bebida de calidad al turista que pase por allí.

“Acá lo que las personas más se llevan son los íconos representativos de Medellín, artículos en varias formas y colores. Por ejemplo, la figura del Pueblito Paisa, replicas de Botero, el Metro, el Metrocable, relojes típicos con la imagen del Museo de Antioquia, del Peñol y no sólo el extranjero, sino también el nacional”, comentó el vocero.

Así pues que tanto los turistas y propios tienen un motivo más para visitar Nuestra Tienda Artesanal, ya que además de ofrecer diferentes tipos de artesanías, también es un lugar con una historia de superación.

Acerca de Wendy Restrepo Guzmán

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Siempre estoy pensando en ideas descabelladas y lo mejor es que siempre encuentro un cómplice que me ayuda a realizarlas. Me apasiona descubrir que internet es un mundo aparte, lleno de novedades... Soy 100% música, amo el teatro y valoro a todo aquel que se anima a hacer arte. Me agrada casi todo el mundo, menos esos que se creen críticos y sólo son criticones, ¡esos no!

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