Ferrari abrió su primera tienda en Colombia

La marca nació en 1929 como escudería en la localidad de Maranello (norte de Italia), y no fue hasta 1947 cuando fabricó su primer vehículo, el 125 S.

Ferrari
Foto: CORTESÍA

La marca de vehículos de lujo, Ferrari, inauguró este jueves en un exclusivo evento su primera tienda en Colombia, en la que los amantes de la elegancia y el estilo para conducir encontrarán deportivos «elegantes y con esencia vanguardista», según lo dio a conocer la compañía en un comunicado.

La ansiada llegada de Ferrari se produce tras «un estudio de mercado minucioso, que ratificó el gran interés de los colombianos hacia la marca, sumado a un escenario favorable en cuanto al tema de importación», impulsada por la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y la Unión Europea, destacó el texto.

La gran presentación se realizó en el local, situado en una exclusiva zona al norte de Bogotá, donde se congregaron clientes que pudieron ver un adelanto del «estilo de vida» que ofrece Ferrari y que ahora «será posible vivir en Colombia».

Entre las ofertas, tres modelos centraron las miradas: el 58 Speciale, recientemente lanzado al mercado y con 605 caballos de fuerza; el California T, que mantiene la esencia de descapotable de techo duro y pasa de 0 a 100 kilómetros por hora en 3,6 segundos, y el 458 Spider, un descapotable derivado del Ferrari 458 Italia cuya velocidad máxima se sitúa por encima de los 320 kilómetros por hora.

Según detalló Ferrari en el comunicado, la compañía contará con un servicio posventa que incluye mantenimiento general durante siete años, garantía de tres años extensible hasta por 10 años y la atención técnica y profesional necesaria para resolver cualquier inconveniente con los vehículos.

Con EFE.

Acerca de Andrés Felipe Bustamante Restrepo

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Comunicador social - educador. Dios, familia, amigos. Interesado en el proceso de paz, en los deportes y en vivir en armonía. Poco comunicador, muy periodista. Me gusta saber sobre la historia de la Colombia violenta, no por apología, más por entender el porqué de todo este complot violento en el que vivimos inmersos los colombianos del común. Creo en lo que se hace bien, como diría un maestro: “no se mate haciendo las cosas, hágalas bien”. No hay que morir en el intento, hay que hacerlo.

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