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Medios locales informaron que hay personas desaparecidas en distintos puntos del país, producto del catastrófico evento natural.
El tifón Etau avanza en su paso por el este de Japón acabando con cultivos, casas, enseres y todo a su paso; el desbordamiento de ríos en Joso y en las prefecturas de Ibaraki y Tochigi, ha dejado a su paso la destrucción de al menos 375 viviendas y afectaciones a más de 150 mil personas.
Conforme avanzan las horas y se atiende la emergencia, la Agencia Meteorológica de Japón activó la alerta máxima sobre la continuidad de las precipitaciones torrenciales hasta el viernes en las prefecturas de Fukushima, Saitama y Chiba, así como en la capital nipona, donde podrían caer hasta 200 milímetros de agua.
«En varias zonas del centro del país han caído más de 400 milímetros de lluvia en el mismo período, lo que ha llevado al Gobierno de Ibaraki a solicitar la asistencia de las Fuerzas de Auto Defensa de Japón (Ejército) para las tareas de rescate de personas atrapadas en sus hogares o arrastradas por las inundaciones», afirmaron los medios locales.
Por su parte, al menos 900 mil residentes de Tochigi se han visto afectados; allí desapareció una mujer de 63 años, después de que un corrimiento de tierra afectara a su hogar, mientras que otras 17 personas han resultado heridas en diversos accidentes, entre ellas dos en estado grave, informó la agencia local Kyodo.
Desde el Gobierno de Japón, el ministro, Shinzo Abe, anunció este jueves que «tomarán las medidas necesarias de preparación para proteger la vida de los ciudadanos ante el desastre».
Aguas contaminadas producto del Tifón
La operadora de la accidentada central nuclear de Fukushima, afectada luego del Tsunami en 2011, detectó nuevas fugas de agua contaminada al mar causadas por las fuete lluvia que ha provocado en la zona el tifón Etau, confirmó un portavoz de la compañía a la agencia de noticias EFE.
«La propietaria de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), está analizando en estos momentos la magnitud del incidente, aunque estima que el agua que ha ido a parar al Océano Pacífico tiene bajos niveles de radiactividad y no supone ningún riesgo medioambiental», afirmó la fuente.
TEPCO trabaja para revisar los diques y las canalizaciones de la planta, intentado frenar las fugas y evitar incidentes similares en el futuro.
