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Entretanto, el grupo yihadista lanzó ataques en Pakistán que, hasta el momento, dejan por lo menos 43 muertos.
Abu Bakr al Bagdadi, líder del Estado Islámico, huyó de la capital de la provincia iraquí de Nínive, Mosul, según confirmó el gobernador Nofal Hamadi al Sultan, que auguró una derrota “inminente” de los extremistas.
Según Al Sultan, «hay información confirmada sobre la huida del líder de Dáesh (acrónimo en árabe del EI) fuera de Mosul». Además, señaló que la última grabación de audio emitida por Al Bagdadi indica que se encuentra fuera de Mosul, sin ofrecer más detalles sobre esta conclusión.
Desde el pasado 17 de octubre, tropas conformadas por el ejército iraquí y combatientes kurdos, apoyados por la coalición internacional comandada por Estados Unidos, iniciaron una ofensiva contra Estado Islámico en Mosul, lo que ha permitido la conquista de varios barrios del oriente de la ciudad.
El gobernador dijo asimismo que las tropas están estrechando el cerco sobre los extremistas y que las autoridades «nunca permitirán el regreso del Estado Islámico a Mosul una vez liberada», lo cual podría tardar varias semanas más.
Ataques en Pakistán
Por lo menos 43 personas fallecieron y docenas más resultaron heridas luego de que el grupo yihadista atacara un santuario sufí en Balochistán, al sur de Pakistán.
Mientras una muchedumbre de fieles celebraban una solemne ceremonia en el santuario de Sha Noorani, un santo del sufismo, ocurrió una explosión que cobró la vida de una gran mayoría de los presentes.
«Al menos 43 personas murieron y docenas resultaron heridas», dijo el ministro provincial de la región de Baluchistán, Sarfraz Bugti, en una conferencia de prensa.
De acuerdo con Estado Islámico, el sufismo es una rama herética del Islam, razón en la que justifican su accionar terrorista contra sus seguidores.
