Día de la Mujer 2016, un escalón más hacia la equidad de género

En EL PALPITAR entrevistamos a dos mujeres que, desde sus profesiones, aportan su grano de arena en pro de la equidad laboral y social de género.

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Foto: ARCHIVO.

Cuando se proclamó el Día Internacional de la Mujer, 105 años atrás, las féminas eran víctimas de un sinfín de violaciones a sus derechos; hoy el panorama ha cambiado, al punto que son pocos los países que mantienen restricciones especiales frente al sexo femenino, tales como la privación del voto o poca libertad de expresión.

No obstante a los avances, decir que el panorama mundial para la mujer es equitativo al del hombre resultaría pretencioso, ya que aún se observan flagelos que impiden que la igualdad de derechos sea cabal.

Conmemoración de una tragedia

En la tarde del 25 de marzo de 1911, más de 140 jóvenes trabajadoras, en su mayoría judías e inmigrantes, fallecieron al interior de la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist, en Nueva York, después de que un incendio arrasara el lugar y las mujeres quedaran atrapadas en medio de las llamas; con antelación, los dueños de la industria habían cerrado completamente las puertas para evitar fugas o robos, lo que agravó la catástrofe.

Dicho suceso calamitoso sirvió entonces para visibilizar una problemática que iba mucho más allá de dicha tragedia: producto de la revolución industrial, las mujeres eran uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, ya que se veían sometidas a horarios de trabajo y condiciones laborales precarios, que incluían sueldos irrisorios y permanentes maltratos.

Gracias a la incansable lucha de líderes feministas como Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin o Nadia Krúpskaya (esposa del líder revolucionario ruso Vladimir Lenin), la Organización de Naciones Unidas -ONU- acogió el 8 de marzo como el Día Internacional por los Derechos de la Mujer, celebrándolo por primera vez en 1975.

Más allá de ser una celebración, el 8 de marzo ha servido para reivindicar los derechos de las mujeres a través del recuerdo de una fatalidad. Así pues, entre las temáticas que han envuelto al Día de la Mujer se encuentran el rechazo a la violencia doméstica, el rol de la mujer en la consecución de la paz y el desarrollo y la igualdad de oportunidades, entre otros.

Por paradójico que parezca, este día se ha utilizado más para reclamar que para exaltar los derechos de las mujeres, ya que el panorama para las mismas sigue siendo preocupante, según cifras de ONU Mujeres.

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Rectora de la Universidad Cooperativa. Foto: CORTESÍA.

Hasta hace tan solo cinco décadas, era impensado que una mujer pudiera ocupar cargos prestigiosos en una empresa o, más aún, en el Estado. Brasil, Chile y Argentina han sido algunos países del contexto latino cuyas riendas ha asumido una mujer, y en Colombia muchas políticas destacadas han llegado a ser candidatas presidenciales (Noemí Sanín, Ingrid Betancourt) o ministras de gobierno (Gina Parody, Cecilia Álvarez).

Por consiguiente, en ámbitos privados ya es común observar a mujeres liderando proyectos y grandes compañías e instituciones. Por ejemplo, Maritza Rondón Ángel es rectora de la Universidad Cooperativa de Colombia, que hace presencia en 18 ciudades del país.

Apenas hace 81 años las mujeres pudieron acceder a la educación superior en Colombia. Ocho décadas después, tan solo una mujer por cada nueve hombres ocupa un cargo de alta gerencia y en el sector educativo, mientras que solo el 13,2 % de las rectorías de universidades e instituciones universitarias están en poder de mujeres: de 219, solo 29 son dirigidas por ellas.

«Para las mujeres alcanzar el éxito representa sacrificios muy importantes. Yo tengo tres hijos y de no ser por el apoyo de mi esposo tal vez no lo hubiera logrado. Aunque confieso que dejarlos mientras yo trabajaba no fue fácil, verlos muchas veces por Internet o escucharlos solo por teléfono era angustiante, pero la persistencia, la disciplina y aprovechar cada oportunidad que la vida me dio, fue sin duda clave para alcanzar cada meta que me he propuesto», afirmó Rondón Ángel.

También, argumentó que «las nuevas generaciones de mujeres tienen que estar convencidas de que las puertas se seguirán abriendo, pero dependerá de cada una aceptar o no los sacrificios y satisfacciones que implica».

De igual manera, en los organismos de seguridad se ha perdido aquel prejuicio que rezaba que las mujeres son el sexo más débil. La Teniente Coronel Martha Ligia Herrera, jefe de Portección y Servicios Especiales de la Policía Metropolitana, expresó que las oportunidades laborales para el sexo femenino han mejorado sustancialmente. «Ingresé en 1996 a la institución, y cada vez ha habido más mujeres ingresando a la Policía tanto al nivel ejecutivo como a pie de fuerza», manifestó.

Al preguntársele acerca de las capacidades «extra» que tienen ellas frente a ellos, arguyó que «las mujeres son más sensibles» y humanas. «El ser madres, hermanas e hijas nos da la capacidad de ser organizadas y sacar adelante todo lo que nos proponemos», dijo Herrera.

Sin embargo, explicó que todavía hay cosas por mejorar. Una de ellas es «la sensibilidad desde el hombre, el valor que le da a la mujer. En este momento, las mujeres son las más maltratadas tanto física como psicológicamente. Por eso, invito a los varones a que valoren a sus mujeres, sean hermanas, madres y en general a todas las que los rodean», indicó la oficial.

Latinoamérica y Colombia: ni equidad ni igualdad

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La mujer sigue siendo la principal víctima de violencia doméstica y trata de personas. Foto: ARCHIVO.

De acuerdo con la administradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -Pnud-, Helen Clark, en América Latina todavía existe una brecha amplia entre hombres y mujeres.

Cabe destacar, sin embargo, que las tasas de pobreza femenina han disminuido en todo el mundo. Mientras en 1990 el 47% de las habitantes en las regiones en desarrollo vivían con menos de 1,25 dólares al día, 20 años después esa cifra se redujo a un 22%.

Asimismo, por lo menos el 50% de las mujeres tienen empleo y reciben salario bien remunerado, lo que representa un aumento con respecto al 40% en la década de 1990. Esto ha permitido que la esperanza de vida de las mujeres aumente paralelamente a la de los hombres.

De igual manera, la participación política de las mujeres ha crecido considerablemente. En 1995, las féminas representaban el 11,3% del poder político. Actualmente, constituyen el 22,1 por ciento, lo que representa un crecimiento parcial frente al 30% mínimo que espera la ONU.

«Hemos roto tantos techos de cristal que hemos creado una alfombra de añicos. Ahora estamos barriendo las ideas preconcebidas y los prejuicios del pasado para que las mujeres puedan avanzar y cruzar nuevas fronteras», precisó Ban Ki-moon, secretario general de la ONU.

Más allá de los avances, los desafíos a cumplirse siguen siendo muchísimos, destacó el Pnud. Las mujeres están más cerca que los hombres de entrar al grupo de mil 200 millones de personas que aún viven en la pobreza extrema, de acuerdo con un informe reciente de la ONU sobre los avances en los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Igualmente, las mujeres en Latinoamérica ganan de 10 a 30% menos que los hombres por desempeñar un trabajo similar. En algunos países y regiones, entre esos Colombia, las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de acceder a un trabajo digno.

A este hecho se refirió Isabel Londoño, directora de la Fundación Mujeres por Colombia, quien señaló que «la mayoría de instituciones no acoge las leyes que benefician a este género, empezando por la Ley de Cuotas», refiriéndose a la legislación nacional.

Londoño manifestó, también, que a pesar de que se interesen en fortalecer su educación y cuenten con amplia experiencia laboral, para las mujeres «es difícil conseguir trabajo, porque todavía experimentan discriminación salarial y acoso laboral«.

Aunque la Ley 1496 de 2011 establece mecanismos para erradicar cualquier forma de discriminación salarial y de retribución, la brecha existente entre los sueldos de hombres y mujeres, al igual que la inequidad en los cargos directivos, es bastante.

Y a pesar de la creación de ‘Mujeres Constructoras de Paz y Desarrollo’, una política pública en tema de empleo, Angélica López, directora de la Corporación Casa de la Mujer Trabajadora, puntualizó que «su alcance es limitado por la focalización de programas de carácter asistencial a mujeres en condiciones socioeconómicas vulnerables, que no se transforman en propuestas que contribuyan a la generación de proyectos productivos sostenibles».

Los departamentos donde se presenta mayor dificultad para obtener trabajo son las zonas costeras (Atlántico), Nariño y Cauca, donde la cultura es menos moderna e internacional. En el centro del país, en contraste, hay más oportunidades para las colombianas, según Isabel Londoño.

Por estos y otros motivos, Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres, anunció que el lema para el Día Internacional de la Mujer en 2016 será «Un planeta 50-50: Demos el paso por la igualdad de género».

Acerca de David Esteban Álvarez Ortiz

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Soy periodista, locutor e historiador en formación. Aficionado a la cocina, al cine, al fútbol y al baile, creyente de la educación como motor de cambio. Redactor de economía y derechos humanos.

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