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La Comuna 10 de Medellín, La Candelaria, es la más aquejada por la problemática.
La explotación sexual y comercial de niños, niñas y adolescentes en la ciudad ha presentado una significativa disminución, según la Administración Municipal. La Personería, por otra parte, considera que las medidas para combatir esta problemática son aún insuficientes.
El alcalde, Aníbal Gaviria, dijo que si bien aún se presenta explotación a menores en sitios puntuales de la ciudad, la problemática ha mermado debido a la labor «interinstitucional que la Alcaldía ha adelantado con Fiscalía, Procuraduría, Policía, con el ICBF y con los gremios hoteleros y de transportadores de la ciudad».
Por ejemplo, explicó que en el año 2012 se registraron 300 casos de niños y adolescentes en situación de riesgo y vulneración de sus derechos; para el 2013, la cifra bajó a 204; en el 2014, el descenso continuó hasta llegar a 118 para, finalmente, bajar en el 2015 a sólo 45 casos registrados.
También, destacó la disminución en la cantidad de niños en condición de calle, lo que representa un factor determinante para contribuir a la explotación infantil. «Entre la caracterización y el censo de niños menores de 17 años habitantes de calle, entre el año 2009 y 2014 hay una disminución del 50 por ciento. En el 2009, había 153 niños en dicha situación; en el 2014, sólo 71», explicó el Gaviria Correa.
Agregó que la cifra más alentadora para las autoridades del Municipio es que, para el año inmediatamente anterior, el censo arrojó que no hay ningún niño menor de diez años en situación de calle en la ciudad de Medellín. Mencionó además que, con el fin de ser garantes de los derechos de los niños y para protegerlos del delito, se seguirán adelantando operativos en las zonas de mayor tendencia a presentarse la explotación como los sectores más céntricos de Medellín.
Por otra parte, la Personería de Medellín argumentó que las cifras de menores explotados aún son preocupantes y alarmantes. El titular de la entidad, el personero Rodrigo Ardila, reconoció que las autoridades han hecho avances significativos, pero indicó que la problemática tiene una dificultad de fondo que radica en la educación desde las aulas de clase.
«Lo primero es la prevención desde los colegios e instituciones educativas, educación a padres de familia y a jóvenes», señaló Ardila, quien concluyó que el segundo paso para combatir el delito es la rápida acción de las autoridades competentes. «Solicitamos a la Fiscalía General de la Nación para que realice las investigaciones pertinentes para hallar los responsables de la explotación comercial y sexual de los adolescentes», finalizó.
