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Alias Soto tenía un gran control en más de nueve barrios de la capital antioqueña, además de ser considerado en el mundo criminal como uno de los líderes más influyentes.
La operación Excálibur de la Policía Metropolitana dejó un gran resultado en contra de la criminalidad con la captura de alias Soto, cabecilla de la organización delincuencial Picacho y segundo de la Oficina de Envigado.
En la zona suroccidental de Medellín se logró la ubicación de este máximo cabecilla, quien es señalado de liderar las extorsiones al comercio en los barrios 12 de Octubre, Pedregal, Florencia, Santander, Picacho y Castilla de Medellín, además en los barrios París, El Cortado y Nueva Jerusalén del municipio de Bello.
Este hombre estaba siendo buscado por las autoridades tras la orden de captura que emitió un Juzgado penal municipal de Medellín por el delito de concierto para delinquir en calidad de cabecilla.
El Alcalde de Medellín Federico Gutiérrez destacó el trabajo articulado entre Fiscalía y Policía para dar la captura de este hombre, señalando que ahora sigue la desarticulación y el seguimiento a otros dos hombres.
“Detrás de Alias Soto ahora hay dos objetivos importantes que son alias Tavo y Cataño, son informaciones importantes que tenemos, por ello hay que aunar esfuerzos con la ciudadanía para que crezca la confianza en la institucionalidad”, destacó el Mandatario.
Alias Soto empezó su recorrido por el mundo criminal hace diez años tras recibir el aval de alias Frank para asumir el trabajo como coordinador entre 2008 y 2011, luego pasó a ser hombre de confianza de alias “el montañero”, hasta que tomó las riendas de la banda tras la desaparición de su “padrino”.
De igual manera, investigaciones señalan que este cabecilla tenía vínculos con alias “tom” cabecilla de la organización delincuencial “los chatas” y sería el encargado de liderar la gran mayoría de bandas delincuenciales en el barrio de Castilla de Medellín.
Es de recordar que alias Soto era un objetivo de alto valor tras librar una guerra con alias Cemento, por el control de influencia delincuencial en el occidente de la capital antioqueña.
