Los sitios religiosos por excelencia en Colombia se prepararon para recibir la Semana Santa y honrar las obras litúrgicas en conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Catedrales, plazas y museos hacen parte del repertorio turístico que ofrece Colombia para sus visitantes en esta temporada de Semana Santa. Las congregaciones de católicos en las regiones mantienen vivas las tradiciones y rituales que se realizan año tras año.
En la ciudad caribe de Santa Cruz de Mompox, ubicada en el departamento de Bolívar, la celebración de la Semana Mayor es una de las más reconocidas en el país. Allí, la conmemoración empieza el jueves anterior al Domingo de Ramos, los mompoxinos se volcan a las calles con devoción a realizar las procesiones con marcación de los pasos en marcha, única en el mundo.
La Basílica del Señor de Los Milagros en Buga, fue inaugurada en 1907 y cuenta con 80 metros de ancho y 33 de altura. En su interior está la imagen del Milagroso que visitan con devoción dada su historia, que cuenta que una indígena lo encontró en la corriente del río Guadalajara en el siglo XVI y que ha sobrevivido al paso del tiempo, quemas y atentados.
En Bogotá, ubicado a 3.15 metros sobre el nivel del mar, el cerro de Monserrate se constituye como un punto de referencia turístico. En el año 1640 se autorizó allí la construcción de una capilla en honor a la Virgen Morena de Monserrat. Ya en 1657 se terminó de edificar el monasterio.
Durante la Semana Santa los feligreses suben por el camino empedrado hasta el santuario en donde se encuentra la imagen del Cristo Caído y Azotado.
Por su parte, Ipiales recibe a los turistas en el Santuario de Las Lajas, una construcción que data del siglo XVIII y que congrega a fieles y amantes de la arquitectura que desean conocer el intrincado lugar en el que fue edificada. Durante la Semana Mayor, la afluencia de visitantes aumenta considerablemente.
La devoción católica de las regiones en Colombia, hace del turismo religioso una opción tangible para las personas que quieren disfrutar de las ceremonias en escenarios destinados para estos actos.
