La Semana Santa se realiza desde el Siglo V en la época de Costantino.
La Semana Santa es una costumbre religiosa realizada por los católicos del mundo y se conmemora, este año, entre el domingo 20 y el domingo 27 de marzo, para recordar el paso de la muerte a la resurrección de Jesucristo. Actualmente, muchas personas ven este tiempo como un espacio de vacaciones, más que de reflexión. A partir de esto, hay quienes tienen el siguiente interrogante: ¿Se podría hablar de una decadencia en las costumbres que trae esta Semana Mayor?
La Semana Santa es una tradición antiquísima que empezó a celebrarse desde la época de Constantino, en el Siglo V. En sí, esta conmemoración de la pasión de Cristo tiene como sentido celebrar el Triduo Pascual y consta de tres momentos fundamentales: La Cena del Señor, donde se instaura la eucaristía, la Liturgia de la Cruz con su pasión y muerte y finalmente la Vigilia Pascual, donde se conmemora la resurrección y se da inicio a los 50 días de la pascua.
El historiador Reinaldo Spitaletta, en diálogo con EL PALPITAR, aseguró que esta celebración «no es propia, viene de la judía y corresponde al año lunar, por eso en algunos casos la Semana Santa es celebrada en abril y otras veces en marzo”.
Aparte de esto, en los años 60 del Siglo XX y en décadas anteriores, la Semana Santa era celebrada de una manera bastante diferente, pues las celebraciones cristianas se hacían en latín, se tenía la costumbre de comprar ropa nueva para los días santos, las procesiones eran multitudinarias y se comía pescado desde la cuaresma hasta la Semana Mayor.
El historiador contó que “en la cuaresma, las personas cambiaban radicalmente sus hábitos alimenticios y consumían el pescado, que es un importante símbolo cristiano. Además, en la Semana Santa la ciudad (Medellín) se volcaba muy elegante a las procesiones, en las emisoras comerciales ponían música sacra y clásica, se cerraban los bares y las cantinas y también en los cines era común ver películas propios de ese tema como Los Diez Mandamientos, Ben Hur, El Manto Sagrado, El Mártir del Calvario…”.
A partir del año 1968 se realizó un cambio en la forma de las celebraciones y conmemoraciones católicas para llegarle más a la gente y “que se entendiera más el mensaje de amor de Cristo”, precisó el delegado de Catequesis de la Arquidiosesis de Medellín, Carlos Alberto Restrepo, en diálogo con EL PALPITAR.
Por ejemplo, la fiel católica y asistente constante a la Parroquia San Leopoldo Mandic en Bello, Sara Esther González, de 75 años, aseguró que, en su caso, la conmemoración de la Semana Santa es herencia de sus «padres, abuelos y tatarabuelos”.
Esta católica recordó que la Semana Santa “antes se celebraba con mucha pompa y ceremonia, inclusive había caballos para las procesiones, toda la gente salía muy puntual y con mucha fe. Ahora no se hace igual y parece ser por la poca creencia a los sacerdotes, las guerras han enfriado tanto a la misma gente…”, dijo.
Costumbres que se han sumado a la Semana Santa
La manera en que se ha celebrado la Semana Santa entró por la influencia española. En ese entonces, se utilizaba la ilustración y la imaginería (arte y técnica de tallar o pintar imágenes religiosas), esos elementos eran instrumentos de catequesis y de evangelización para instruir a la comunidad que no sabía leer, es por esto que en las iglesias se han utilizado los vitrales.
Según la liturgia, las únicas celebraciones oficiales de la Semana Santa para el misal son: el Domingo de Ramos, la Cena del Señor con el Lavatorio de Pies, la Adoración de la Cruz, la Adoración de la Eucaristía y la Vigilia Pascual.
El delegado de Catequesis de la Arquidiosesis de Medellín, Carlos Alberto Restrepo, explicó que “la Semana Santa está llena de prácticas de piedad y tradiciones que van enriqueciendo la espiritualidad y el misterio central, que es el Triduo Pascual». Es por esto, que la iglesia acepta otras costumbres que han llegado a la Semana Mayor, pues cuando una tradición lleva más de 30 años en la liturgia es incluida.
Si se mira detalladamente el sentido que tiene cada uno de los momentos de la Semana Santa, se podría apreciar lo que quiere lograr este tiempo en los creyentes de la religión católica.
El Domingo de Ramos, por ejemplo, muestra cómo las comunidades celebran la entrada de Jesús a Jerusalén. El párroco aseguró que “muestra un reto espiritual de Jesús, quien ya había anunciado que iba a morir y entra a Jerusalén para enfrentar la muerte. Se aprecia el contraste real de nuestra fe hoy, de cuando alabamos a Jesús y luego lo matamos con nuestros actos”.
Otra de las costumbres en la Semana Mayor es el Viacrusis, esta es una devoción popular, que consiste en realizar un camino detrás de Jesús en la agonía de su cruz. En esta se experimentan, según el padre Restrepo, “amarguras y esperanzas humanas con lo que vive Cristo como: la soledad, el llanto y finalmente la muerte personal y social”.
La procesión del Santo Sepulcro se realiza en la noche del Vienres Santo de manera lenta, en oscuridad e invita al recogimiento. Por lo general, esta costumbre se ha interpretado como mostrar las exequias de Jesús. El sacerdote explicó, sobre esto, que “el sentido de esta celebración es mirar cómo Él cumplió su promesa de vida eterna, pues nadie tiene más amor que quien da la vida por los otros”.
La pascua se realiza cada año al final de la Semana Santa y es en sí lo que justifica el origen de esta conmemoración de la pasión y resurrección de Jesús. Esta celebración fue la que “dio origen a muchos ejercicios piadosos”, según el padre Restrepo.
San Pablo aseguró en sus escrituras que lo que se conmemora no es la muerte de Jesús, sino la resurrección: “Si no vemos a Cristo resucitado, vana es nuestra fe”.
Cada vez aparecen más costumbres dentro de esta Semana para resignificar el sentido, espiritualidad y evangelización, y de esta forma se aumenta la popularidad de la iglesia católica en el mundo. En cada iglesia de cada barrio se tienen hábitos para incrementar la fe.
Así las cosas, no se podría hablar entonces de una disminución de las costumbres que consigo trae la Semana Santa, pero sí de una menor participación en las celebraciones.
Y para concluir, el historiador Spitaletta lo ratificó: “Se ha perdido la masificación de las costumbres en la Semana Santa por varias razones. La primera es porque la religión católica ya no es la religión oficial en Colombia y eso ha dado un asenso a otras, como los cristianos, los evangélicos, los musulmanes… y la segunda es porque la iglesia ha estado muy desprestigiada con tantos escándalos con los sacerdotes, aunque este Papa ha hecho mucho por recobrar la fe en la iglesia”.