Universidades públicas presentan pocas quejas; algunas privadas se rajaron.
Tras depurar más de dos mil 500 quejas que se presentaron al Ministerio de Educación, dicha cartera reveló que la gestión institucional de los órganos de gobierno y dirección universitarios, además de dificultades relacionadas con pagos de matrícula, fueron los aspectos en los que más anomalías se detectaron en las instituciones de educación superior.
El 12,8% de los reclamos obedecieron a presuntas fallas en la forma de dirigir las universidades, mientras que el 7,9% de las quejas estuvieron relacionadas con demoras en la devolución de matrícula a los estudiantes. El alza en los valores de matrícula e inconvenientes en los procesos evaluativos correspondieron, cada uno, a un 7,2% de las notificaciones al Ministerio.
«Colombia le está apostando a tener un sistema de Educación Superior de alta calidad. Y por eso, en respuesta a la demanda de los usuarios, en 2015 se creó el Grupo de Atención de Solicitudes, Quejas, Consultas y Conceptos de Educación Superior, conformado por nueve abogados dedicados de manera exclusiva a resolver estas solicitudes de la ciudadanía», indicó Natalia Ariza, viceministra de Educación Superior.
Precisamente, a través de ese sistema se detectó una situación anómala en relación con el otorgamiento de títulos académicos y con la admisión de estudiantes.
Además, la elección de las autoridades directivas, la inconformidad por la preparación de los docentes, los inconvenientes para inscribir asignaturas y la falta de pago a los profesores fueron otros cuatro asuntos que, según Ariza, fueron recurrentes.
Tras los resultados, la cartera educativa impuso ocho medidas de carácter preventivo a igual número de universidades, a saber: la Fundación Universitaria San Martín, la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, la Fundación Universitaria Cervantina San Agustín, la Universidad Popular del Cesar, la Universidad Incca de Colombia, la Corporación Universitaria de Colombia, la Corporación Universitaria Rafael Núñez y la Universidad del Pacífico.
Es importante el uso de esta herramienta «para que los usuarios tengan la posibilidad de aportar al mejoramiento de las condiciones en las que se encuentran las Instituciones de Educación Superior en Colombia», precisó Ariza.
A partir de ahora, las universidades recibirán las quejas, deberán responder por lo acontecido y un órgano de control, si corresponde, se encargará de investigar a la institución que presenta las fallas.
