Álvaro Uribe, expresidente colombiano, defendió las actuaciones de la exjefa de los servicios de inteligencia de su Gobierno, María del Pilar Hurtado, a quien se acusa de espionaje a opositores políticos, periodistas, entre otros.
Eduardo Montealegre, Fiscal de Colombia, aseguró que existen pruebas de que la exfuncionaria «ordenó seguimientos e interceptaciones ilegales contra magistrados de la Corte Suprema de Justicia, contra líderes de oposición en Colombia y contra defensores de derechos humanos».
Uribe, ahora senador, expresó vía Twitter que ni él, ni Hurtado, ni nadie de la Presidencia ordenó acciones ilegales, y que varias operaciones de seguimiento adjudicadas a Hurtado obedecen a asuntos de seguridad nacional.
Entre las interceptaciones realizadas se destaca las supuestas «escuchas» realizadas a la exmujer del alcalde Bogotá, el exguerrillero del M-19 Gustavo Petro, que obedecieron a indagaciones de seguridad nacional «por aportes del chavismo a políticos» e insistió en que «no violan la ley, al igual que otras escuchas realizadas a otros políticos.
Uribe concluyó la defensa de Hurtado argumentando que a ella, a «otros compañeros» y a él mismo les acusan «abogados de las Farc y de extrema izquierda» y en días pasados también afirmó que sobre este caso existe «una clara persecución política de (el presidente Juan Manuel Santos), de sectores afectos a la guerrilla y de sectores extremo izquierdistas que penetra la justicia».
Hurtado se entregó a las autoridades el pasado sábado 31 de enero en Panamá, y permanece detenida en el búnker de la Fiscalía de Bogotá, a la espera de un proceso en su contra por delitos relacionados con seguimientos y escuchas ilegales a opositores del Gobierno de Uribe, el llamado escándalo de “las chuzadas”.