«Jorge 40» fue excluido de los beneficios de la Ley de Justicia y Paz

El alto tribunal consideró que Tovar Pupo negó delitos relacionados con el reclutamiento forzado de menores, violencia de género y secuestro.

Foto: Cortesía
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El exjefe paramilitar Rodrigo Tovar Pupo, alias «Jorge 40», fue excluido este miércoles de los beneficios de la Ley de Justicia y Paz por no haber colaborado para esclarecer crímenes, de acuerdo con una sentencia proferida por la Corte Suprema de Justicia, en respuesta a la solicitud de la defensa de «Jorge 40» de revocar el fallo de exclusión emitido por el Tribunal de Justicia y Paz de Barranquilla.

«Hasta la fecha, no ha sido posible continuar con la diligencia de versión libre por causas atribuibles al él y a su defensa, pese a las diversas gestiones desarrolladas por la Fiscalía General de la Nación ante el Departamento de Justicia de los Estados Unidos de Norte América, por encontrarse en ese país extraditado desde el 13 de mayo de 2008, por el delito de narcotráfico», afirmó la Corte.

El alto tribunal consideró, además, que Tovar negó delitos relacionados con el reclutamiento forzado de menores, violencia de género y secuestro.

«Jorge 40», exlíder del bloque norte de las AUC, se desmovilizó en 2006 junto al resto de su grupo y se acogió a la Ley de Justicia y Paz que contempla penas de máximo ocho años de cárcel a cambio de colaboración para esclarecer crímenes y que ya dejó en libertad a alias «El Alemán»  y que tiene en vilo la libertad del también exjefe paramiliar alias «Ernesto Báez».

Otro exjefe paramilitar colombiano, Marco Tulio Pérez, alias «El Oso», ya perdió su vinculación a Ley de Justicia y Paz el pasado mes de marzo por haber negado su participación en varias agresiones sexuales que luego reconoció haber cometido.

Acerca de Andrés Felipe Bustamante Restrepo

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Comunicador social - educador. Dios, familia, amigos. Interesado en el proceso de paz, en los deportes y en vivir en armonía. Poco comunicador, muy periodista. Me gusta saber sobre la historia de la Colombia violenta, no por apología, más por entender el porqué de todo este complot violento en el que vivimos inmersos los colombianos del común. Creo en lo que se hace bien, como diría un maestro: “no se mate haciendo las cosas, hágalas bien”. No hay que morir en el intento, hay que hacerlo.

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