El 17 de junio de 2011 en Guarne, Antioquia, tres personas fueron asesinadas bajo la fachada de un negocio y presentadas como muertos en combate.
La Fiscalía General de la Nación vinculó al coronel en retiro del Ejército, Robinson González del Río, con 14 hechos delictivos en los que resultaron muertas más de una decena de personas, quienes hacían parte de la población civil y a quienes hicieron pasar por supuestos combatientes, en nuevos casos de falsos positivos.
De acuerdo con el ente acusador, el alto mando militar incurrió en los delitos de homicidio agravado en persona protegida, contemplado en el Derecho Internacional Humanitario, fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones y falsedad ideológica en documento público.
“Les colocaba una mochila a cada supuesto guerrillero, en ella les echaban limones, pan, leche, panela y accesorios de campaña”, sostuvo el delegado acusador. Agregó que les ponían fusiles, escopetas y granadas para que apareciera pólvora en sus manos.
De acuerdo con los argumentos entregados por el fiscal del caso, González del Río se encargaba de ubicar a personas con antecedentes judiciales y luego daba la orden de fusilarlos para hacerlos pasar como muertos en combate y sumar positivos a su hoja de vida.
El coronel, como comandante de la guarnición militar para la época de los hechos, “sabía de la condición de estas personas, de su estado de indefensión y dio la orden de acabar con sus vidas”, sostuvo el fiscal encargado del caso.
En otros casos, como el ocurrido el 17 de junio de 2011 en Guarne, Antioquia, fueron llevadas tres personas a una finca con la promesa de entregarles el dinero producto de un negocio, pero al igual que las otras víctimas, resultaron muertas en un supuesto enfrentamiento.
En estos hechos perdió la vida el conductor de un taxi identificado como Manuel Domingo de la Hoz, quien prestaba el servicio de transporte. Según el Fiscal, el vehículo debía haber sido impactado con los proyectiles como sucede normalmente en un enfrentamiento pero en este caso aparece en medio del cruce de disparos, sin rastros de bala.
El coronel en retiro permanece recluido en el pabellón de funcionarios públicos de la cárcel La Picota en Bogotá.
