Según investigaciones de la Fiscalía, el joven expendedor fue obligado a comerse cerca de 30 papeletas de bazuco en un CAI de la capital antioqueña.
Al patrullero de la Policía Jorge Mauricio Torres le revocaron su absolución y fue condenado a diez años de prisión por el homicidio de un expendedor de estupefacientes, a quien obligó a comerse los alucinógenos que llevaba.
Los hechos ocurrieron el 23 de enero de 2015 en el Centro de Medellín, donde el uniformado aprehendió a Juan David Osorio Rodas, de 19 años de edad, quien fue sorprendido con más de 30 papeletas de bazuco.
Posteriormente, el joven fue llevado hasta un CAI de la Policía Nacional, donde fue intimidado por los uniformados para que se tragara los alucinógenos que llevaba.
Debido a esta acción, Osorio Rodas falleció dos horas más tarde en un centro asistencial del sector cuando era atendido por urgencias. Medicina Legal dictaminó que la víctima falleció por intoxicación con cocaína.
En medio de las investigaciones adelantadas por la Fiscalía se pudo establecer que en el registro del Centro de Atención Inmediata de la Policía Nacional ubicado en el Parque Bolívar, no se dejó evidencia de la privación de libertad del joven.
Con este material probatorio a Sala Penal del Tribunal Superior de Medellín revocó la absolución del patrullero y lo sentenció a diez años de prisión, por el delito de homicidio preterintencional.
