Expertos señalaron que el percance, que dejó inutilizada la importante generadora energética, no es normal ni casual.
Con el fin de determinar y precisar las causas de la explosión y posterior incendio que provocó un daño de gran magnitud en la central hidroeléctrica de Guatapé, el CTI de la Fiscalía decidió trasladar 25 investigadores a tres punto de Antioquia, quienes además verificarán si hubo manos criminales detrás del percance.
Aunque la hipótesis inicial de EPM es que hubo una falla técnica en los cables que comunicaban con la central de máquinas, el ente acusatorio pretende establecer con claridad si la conflagración fue provocada por inescrupulosos. (Lea: Diez personas heridas tras incidente en central de EPM en Guatapé).
Para tal fin, al sitio se desplazaron ingenieros eléctricos, electrónicos y civiles; arquitectos y expertos en incendios, quienes inspeccionarán la zona afectada para esclarecer los hechos, que produjeron pérdidas millonarias al empresa pública. (Central Hidroeléctrica de Guatapé no funcionará plenamente hasta antes de septiembre).
Lo que suscitó la investigación, según la Fiscalía, fue que, tras entrevistar expertos en el tema, se llegó a la conclusión de que el percance fue «atípico» y anormal, lo que generó dudas en el ente acusatorio.
Las labores del CTI iniciaron, precisamente, este viernes 8 de abril, cuando funcionarios visitaron la central de EPM en el Oriente antioqueño y la sede principal, en Medellín.
Según un comunicado de la empresa, «EPM entregó el estudio realizado por su equipo técnico, donde se da cuenta de las razones y las circunstancias que explican la ocurrencia del incidente y ha brindado su colaboración con las autoridades como corresponde».
Asimismo, la empresa del Municipio reiteró su «disposición de acompañar a las autoridades en este proceso de indagación preliminar, con el propósito de que se aclare con celeridad la situación».
Finalmente, recordó que se avanza con celeridad en la reparación de la central, donde se reemplazarán los cables dañados con otros similares traídos desde México, que le costaron a la entidad cerca de 25 millones de dólares.