Juanes primero ingresó al Metro, luego hizo trasbordo en el Tranvía de Ayacucho y en Metrocable subió hasta el morro de La Sierra para comparar la Fotografía, no la de la canción, sino la que su corazón guarda desde los 80s, cuando recorría las calles de la ciudad.
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Desde hace varios años, Juan Esteban Aristizabal no vive en Medellín y aunque sí viene constantemente a visitar uno de sus lugares favoritos en el mundo, la casa de su madre, no goza de la cotidianidad que respiran las calles de la capital antioqueña. Por eso, recorrer esta ciudad en Metro para él no es un simple viaje, como podría pasarle a cualquier medellinense… Para Juanes “es una alegría tan inmensa” que lo deja “sin palabras”.
Y es que en realidad no se necesitan palabras, la emoción que Juanes tuvo recorriendo la ciudad se resume en su mirada fija al horizonte de Medellín desde lo más alto del morro de La Sierra, hasta donde llegó en Metrocable y en donde se paró firme para sostener a su pequeño hijo, Dante, en sus hombros y quizás rememorar que a esa edad él corría por las calles del Centro, “comiendo papas criollas fritas y mango biche con limón y sal”, como lo recordó.
“Yo siempre vengo, vengo constantemente y estoy convencido de que el cambio ha sido muchísimo. Si vos tomas una fotografía de Medellín de hoy y la comparas con una de los 80s… no hay comparación. Siguen habiendo muchos problemas sociales, obviamente, porque no es fácil lo que pasa en Colombia, pero el avance ha sido muchísimo”, mencionó el intérprete de éxitos como La Camisa Negra.
Ese recorrido en el que Juanes vio murales, los rostros alegres que lo miraban impactados (uno no se encuentra a semejante artista todos los días en la calle) y en el que estuvo rodeado por su familia, tuvo un valor agregado y es que inició en un tren del Metro dedicado a él, con sus fotografías y frases que dejan claro que el Centro de Medellín es uno de sus grandes amores.
Fue justamente en el Metro, porque ese modelo de transporte público masivo es uno de los hitos de transformación que ha tenido esta ciudad, por lo que Juanes resaltó una evolución y pidió optimismo frente a los cambios sociales que atraviesa su querida Medellín.
“Es bueno que tengamos optimismo, no caer en el negativismo y en la mala energía, sino reconocer que las cosas van muy bien. Aunque falta mucho por hacer, esto es una base grandísima y nos tenemos que sentir muy orgullosos”, dijo un Juanes realmente conmovido con las laderas de las ciduad de fondo.
Juanes, que es quizás el músico paisa con mayor reconocimiento en el exterior, está en Medellín presentando su nuevo álbum, Mis Planes son Amarte y aunque pudo hacerlo en cualquier parte del mundo que se le antojara, él escogió esta ciudad porque quiere demostrar que, literal, esas nuevas canciones son el regreso a su origen.
Y es por eso que su mayor legado para Paloma, Luna y Dante es el orgullo de patria, así hayan nacido en el exterior. “El amor que ellos tienen por Colombia a mí me hace sentir muy feliz, tanto Karen como yo les hemos inculcado eso, ellos se sienten colombianos de todas formas y siempre aman Medellín y Cartagena, les encanta venir constantemente”, dijo Juanes.
Eso quedó comprobado en un corto, pero muy emocionante diálogo con Dante, el pequeño que no se le despega y que vive entre abrazos y besos con su papá.
Juanes: “Gordo, ¿qué es lo que más te gusta de Medellín?
Dante: “Ehhh… no sé, es que me gusta todo”, entre una sonrisa tímida y un poco sonrojado.
Juanes: “Seguramente me ibas a decir que pensaste algo, ¿cierto? ¿Pensaste en el tesoro’
Dante: ¡Síii!
Juanes; “Jajaja, yo sabía que eso ibas a decir”.
¿El tesoro? mmm, no se sabe con exactitud si hablaban del tesoro que Juanes busca en su película musical Mis Planes son Amarte o quizás del centro comercial, lo que sí se sabe es que este 9 de mayo quedará guardado en baúl de recuerdos de Juanes como un día demasiado especial… Tal vez ese sea su verdadero tesoro.
Y como dijo Juan Esteban Aristizabal: “¡Desde Medellín papa, pa’l mundo!”.