Además de la baja contaminación, disminuirían los problemas de salud y la economía prosperaría.
Un análisis realizado entre julio y agosto por la Facultad de Minas de la Universidad Nacional Sede Medellín, arrojó que un total de 10 mil 490 taxis impulsados por electricidad ayudarían a reducir hasta en un 60% las emisiones de dióxido de carbono, lo que implicaría una súbita caída de la contaminación en la ciudad.
Aunque la cultura de los vehículos eléctricos en la capital antioqueña apenas está empezando, son muy pocos los carros de este tipo que se movilizan en el Valle del Aburrá, por lo que este análisis propone reemplazar 11 vehículos para el 2016 e ir aumentando paulatinamente la cifra hasta llegar al año 2040 con 10 mil 490 taxis impulsados por electricidad.
Este estudio aseveró que si bien la cantidad de taxis comparada con los particulares es menor, estos vehículos son los que más se movilizan en la ciudad, generando una mayor contaminación, dependiendo también de la potencia que debe tener para desenvolverse eficientemente en las pendientes de la ciudad.
“Por ley, las vías se tienen que construir con una pendiente máxima del 16%, entonces a partir de eso un vehículo tiene que tener un potencia mínima de 60,04 caballos de fuerza”, explica Estefanía Fernández, estudiante de Ingeniería Administrativa.
Asimismo, el estudio destacó que esta posible implementación traería grandes beneficios tanto económicos como en la salud, prueba de ello es que la investigación demostró que un 89% de taxistas que impulsan sus autos con gasolina tienden a padecer sordera por la contaminación auditiva.
En la parte económica, si bien el traer estos vehículos es costoso, la posibilidad de recuperar la inversión es bastante alta, “para el Gobierno, el análisis de costo-beneficio indicó que la relación era superior a uno en el cuarto año, pues se recupera la inversión”, destacó Estefanía Fernández.
