Además de la siembra de fique, un grupo de guarda bosques acreditados por la Empresa de Desarrollo Urbano-EDU, permanece atento para reaccionar ante cualquier adversidad.
El desarrollo no solo se proyecta en sus obras civiles, el cuidado del medio ambiente y los proyectos que potencian los beneficios de la naturaleza también son protagonistas en la proyección de la capital antioqueña.
Inscritos en los programas ambientales de las obras de Jardín Circunvalar, 30 personas ahora son los cuidadores del Cerro Pan de Azúcar y gracias a las capacitaciones que recibieron están atentos para atender emergencias forestales.
Una de las estrategias de la EDU para repotenciar el terreno y unir a la comunidad en torno al cuidado del territorio, es la siembra de más de 20 hectáreas de fique; 60 personas del sector en compañía de Asdefique desarrollan el proyecto.
Una de las propiedades de esta planta es que resiste al fuego, lo que ayuda a defender el terreno de nuevas conflagraciones. De acuerdo con residentes del sector, en lo que va del año han atendido seis incendio, en su mayoría, provocados por inescrupulosos.
«Cuando identificamos un incendio activamos la alerta por un grupo de wathsapp y por las redes sociales que manejamos. De inmediato nos reunimos y con la indumentaria necesaria, como botas de suela dura, blue jean, camisetas con manga larga, sombrero, tapabocas, gafas, abundante agua y machete, intervenimos los puntos críticos de los incendios para evitar que el fuego se propague» explicó Johnatan David, habitante del barrio Sol de Oriente y que hoy está capacitado para atender este tipo de emergencias.
Así, el Jardín Circunvalar se erige como uno de los tesoros de la comunidad y que además los congrega en un mismo propósito: el cuidado del medio ambiente.
