Un alto directivo de la ONU en temas ambientales destacó la relación de recursos naturales con el conflicto armado colombiano.
En el marco de la XX Reunión del Foro de Ministros de Ambiente de América Latina y el Caribe en Cartagena, Colombia asumió la presidencia del segmento ministerial este miércoles 30 de marzo, en una decisión trascendental para el futuro del medio ambiente en las regiones.
El secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, Rafael Pacchiano Alamán, representante del país anfitrión de la versión inmediatamente anterior del foro, delegó al ministro de Medio Ambiente Gabriel Vallejo, para que tome las riendas de este foro.
«En 10 años cuando evalúen el resultado de nuestro trabajo, no lo harán leyendo la declaración de este foro, lo harán evaluando el impacto de nuestras decisiones«, destacó el jefe de la cartera asumiendo la responsabilidad que conlleva este nombramiento.
Durante la serie de reuniones que se están llevando a cabo en la ciudad “Amurallada”, se están debatiendo temas que compete a todos los países miembros en defensa del medio ambiente y los desafíos que trae el cambio climático para América Latina y el Caribe.
Por otra parte, el director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Achim Steiner, presidió la sesión inaugural de la sesión ministerial y recalcó la importancia de los recursos naturales en la consecución de la paz en Colombia.
«En las Naciones Unidas estamos mirando el proceso de paz colombiano con gran interés. Hemos aprendido que los conflictos están ligados a los recursos naturales, los recursos funcionan como catalizadores de la violencia, ya sea porque son el elemento de discordia o porque sirven como fuentes de financiación de los mismos. El 60% de los conflictos del mundo se desarrollan por recursos naturales», destacó el alto funcionario.
Esta presidencia llega en un tiempo clave para la naturaleza y el medio ambiente en estas regiones, que han sido las más afectadas por el cambio climático y el fenómeno de El Niño, que ha desencadenado una serie de desastres naturales como incendios, sequías y desabastecimiento de agua potable.
