A pesar de que la Tití Peliroja bebé fue recatada, los maltratos a los que fue sometida impidieron que le salvaran la vida.
En Semana Santa, una joven que iba para Cartagena se percató de un caso de maltrato animal en Turbaco, Bolivar. Vio una Tití Peliroja bebé que estaba en cautiverio y dio alerta al concejal Álvaro Múnera, de Medellín, quien hizo la respectiva denuncia y así el Área Metropolitana, en conjunto con otras entidades, hicieron el rescate de este animal, que pese a los esfuerzos falleció por las secuelas del maltrato.
Según los voceros del Área Metropolitana, la Tití Peliroja bebé “no podía caminar, padecía raquitismo, sufría de un prolapso rectal, tenía malformaciones óseas en extremidades inferiores y exteriores, y estaba tan desnutrida que fue imposible tomarle muestras de sangre”.
Y es que en el año que tenía de cautiverio, no estuvo en su hábitat natural, ingirió alimentos que no hacen parte de su dieta y estaba en un lugar con falta de luz, lo que le causó serios problemas de salud en sus pulmones, riñones, hígado y corazón, por lo que pese a la atención veterinaria, falleció a causa de un paro cardiorrespiratorio en el Centro de Atención y Valoración de Fauna del Área Metropolitana (Barbosa) .
“Por cada animal que se muere, especialmente tratándose de hembras, hay muchos individuos que dejaron de nacer. Esto hace que la fauna silvestre esté cada vez más amenazada de extinción”, aseguró la médica veterinaria, Marcela Ramírez.
Con este caso, las corporaciones ambientales quieren llamar la atención de los ciudadanos en general para que se unana la conservación de las especies y le digan no al trafico de fauna silvestre, pues estos animales no son domésticos y su lugar está en espacios naturales en donde pueden desarrollar distintas habilidades como su instinto y que aportan a un estado sano de los ecosistemas.
