El Procurador General de la República de México, Jesús Murillo Karam, informó que las pruebas recolectadas y los testimonios de los detenidos, permiten asegurar que los 43 estudiantes normalistas desaparecidos desde el 26 de septiembre de 2014 están muertos.
Según las investigaciones y las pruebas forenses que reunieron las autoridades mexicanas, los desaparecidos habrían sido interrogados, asesinados y posteriormente calcinados en un basurero de la población de Coluca. Los padres de las víctimas han rechazado de manera enfática la versión entregada por el gobierno nacional y siguen con la búsqueda de los normalistas.
La detención de Felipe Rodríguez Salgado, alias el cepillo y miembro del grupo criminal Guerreros Unidos, fue determinante para dictaminar la certeza legal de muerte. Sus declaraciones compaginarían con las versiones entregadas por los demás detenidos implicados en el caso.
Hasta el momento, solo uno de los estudiantes ha sido identificado mediante pruebas de ADN, se presume que los restos analizados corresponden a Alexander Mora Venancio. Sin embargo, se ha establecido que la identificación del resto de desaparecido es imposible debido al grado de incineración de los restos.
El presiente de la nación, Enrique Peña Nieto, manifestó en un acto público en el D.F. «Estoy convencido de que este instante, este momento en la historia de México de pena, tragedia y de dolor no puede dejarnos atrapados, no podemos quedarnos ahí», el primer mandatario enfatizó en la necesidad de avanzar para salir de la crisis de violencia y narcotráfico que atraviesa el país.
Por ahora, 99 personas han sido detenidas por su presunta participación en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Iguala. En su intervención, el Procurador Murillo Karam, se apoyó en los testimonios de estos implicados para dar una certeza contundente de que los jóvenes perdieron la vida posterior a su retención.
Las investigaciones realizadas por las autoridades, apuntan a que los 43 estudiantes fueron relacionados con un grupo criminal antagónico para los Guerreros Unidos. En estos hechos también resultó implicado el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, acusado de ser uno de los autores de los señalamientos que conllevaron a la masacre.