Para medios españoles, es la peor tragedia en la historia del deporte de España, junto con el accidente de Montjuic en 1975.
Seis personas murieron y 15 más resultaron heridas luego de que un conductor, que competía en el Rally de La Coruña, perdiera el control de su automotor y arrollara al público que se hallaba en los alrededores presenciando la carrera.
Según confirmaron las autoridades locales, entre los fallecidos hay dos mujeres embarazadas y una niña. Además, la Policía local confirmó que el choque se debió a la alta velocidad a la que iba el vehículo, por lo que se abrirán investigaciones por una posible imprudencia por parte del conductor.
El piloto Sergio Tabeayo y su copiloto, Luis Prego, salieron de una rápida curva sobre pista sin pavimentar, a unos 90 kilómetros por hora. Cuando Tabeayo tocó el freno para posicionar el coche, la rueda delantera derecha se coló en una zanja bastante profunda que lo llevó a estrellarse contra la multitud, que se encontraba detrás de unos árboles cercanos a la carretera.
Algunas denuncias de testigos presenciales de los hechos evidenciaron que hubo negligencia por parte de la organización de la prueba. Al parecer, en el lugar donde se encontraban agolpadas las personas estaba terminante prohibida la presencia de público; si la normativa se hubiera cumplido, se estaría hablando del siniestro del coche, pero sin pérdidas humanas. Aún así, el alcalde de Carral, municipalidad que acogió la competencia, manifestó que el lugar del accidente «no parecía una zona peligrosa, pues la gente estaba sentada en las vallas y la cuneta».
Por su parte, Mariano Rajoy, presidente del gobierno español, expresó su sentir frente a la tragedia que, de nuevo, enluta al deporte español. «El Rally de La Coruña se tiñe de luto. Mi sentido pésame por los fallecidos y deseos de pronta y completa recuperación de los heridos», expresó a través de su cuenta de Twitter el mandatario.
Esta tragedia se suma a otras que, durante el año en curso, han causado conmoción en el mundo del automovilismo. La muerte de Jules Bianchi tras estar nueve meses en coma, el accidente funesto en la pista de Pocono de Justin Wilson que desembocó en su fallecimiento y la muerte de los pilotos Bernat Martínez y Dani Rivas en motociclismo han enlutado al mundo del deporte en este 2015.
Sin embargo, no es la primera vez que el rally en España deja como saldo una tragedia. El año pasado en la localidad de Miengo, en Cantabria, dos personas fallecieron al ser embestidas junto a otros espectadores por un coche, lo mismo que ocurrió en el Rally Príncipe de Asturias del 2012, donde murió una persona.
