Frente a una abstención elevada, la oposición denunció que los nicaragüenses no confían en el sistema electoral del país y que las elecciones de ayer fueron ilegales.
El actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, fue reelecto en su cargo con el 72,1 % de los votos, con su esposa Rosario Murillo como fórmula vicepresidencial, de acuerdo con el último escrutinio de las mesas.
El segundo en la lista de legibles es el exguerrillero opositor, Maximino Rodríguez, que solo consiguió el 14,2 % de los votos siendo la cabeza visible del Partido Liberal Constitucionalista.
José del Carmen Alvarado, del Partido Liberal Independiente -PLI-, con un 5,0 % de los votos; el pastor evangélico Saturnino Cerrato, con el 4,7 %, de la Alianza Liberal Nicaragüense; Erick Cabezas, del Partido Conservador -PC-, con un 2,5 %; y Carlos Canales, de la Alianza por la República -APRE-, con un 1,5 %, cierran las votaciones.
Según las autoridades, no hubo ningún altercado ni alteración al orden público durante la jornada de comicios, que estuvo caracterizada por la elevada abstención.
Así las cosas, Daniel Ortega se queda con la presidencia de Nicaragua por tercera vez consecutiva y cuarta vez en su vida, por lo que salió a las calles de Managua (capital de dicho país), con el fin de celebrar junto con su esposa la victoria electoral.
Por su parte, los líderes del Frente Amplio Democrático -FAD-, coalición opositora de Nicaragua, denunciaron que hubo «farsa electoral y fraude constitucional», por lo que no reconocerán la victoria de Ortega.
Según la oposición, ésta se dividió por fallos judiciales amañados por el Gobierno, lo que facilitó el camino a la presidencia de Ortega.
El FAD expresó su «repudio al proyecto de partido único de Ortega y su familia», además de que exigieron que se repitieran las elecciones, pues las de ayer fueron «ilegales».
Además de su presidente, los nicaragüenses eligieron a 90 diputados ante la Asamblea Nacional y 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano.
