Después del ataque químico en Siria, Donald Trump ordenó lanzar 50 misiles en dicho territorio, lo que ha causado tensión en las relaciones políticas mundiales.
El Gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, ordenó un ataque militar a Siria que se ejecutó, por lo menos, con 50 misiles Tomahawk que alcanzaron la base aérea de Shayrat, en tropas de Bashar al Assad.
Este hecho supone una represalia poco después de que fallecieron cerca de 86 personas por un ataque químico en Siria, que desde Rusia han calificado como un accidente, mientras que otro argumentan un ataque organizado.
“Todo lo que ha realizado Estados Unidos es únicamente un acto idiota e irresponsable, y revela su visión a corto plazo (…) y su ceguera en los planos político y militar”, fueron las primeras declaraciones del presidente Bashar al Assad ante el ataque que habría dejado aproximadamente 17 personas muertas, entre las que habría nueve civiles.
Según revelaron fuentes del Gobierno Americano, a los dirigentes de Rusia se les anunció el imprevisto ataque poco antes de realizarse con el fin de que sus tropas de apoyo no surgieran afectadas.
Este hecho significa una tensión política mundial y especialmente con Rusia, pues según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Siria, Moscú “solicitará una reunión de emergencia” con el Consejo de Seguridad de la ONU.
El ataque, una opción que Donald Trump venía reprochado, fue imprevisto y supone también una tensión y mensaje de alerta para Irán y Corea del Norte.