Estados Unidos calificó la prueba como «una falta de respeto» contra China, potencia hegemónica de la región.
Este lunes, Corea del Norte realizó una prueba de misiles desde la base aérea de Kalma, en la localidad de Wonsan, según informó a la opinión pública el gobierno de Corea del Sur, principal rival del régimen norcoreano en la región.
De acuerdo con el Estado Mayor Conjunto surcoreano, Norcorea disparó «al menos un misil» que estaría basado en el modelo Scud de la extinta Unión Soviética.
Según la información preliminar disponible, este proyectil de corto alcance, que cubriría un rango de unos 500 kilómetros, obtuvo una altura de 120 kilómetros y recorrió por lo menos 450 antes de caer en la denominada Zona Económica Especial, bajo el control de Japón.
Justamente, el gobierno de Tokio rechazó tajantemente la prueba y la condenó por ser un intento de desestabilizar la región. «Nosotros no toleraremos ningún tipo de provocación y responderemos con severidad«, apuntó, en la misma línea de opinión, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Seúl.
Según algunos expertos, esta prueba tendría como objetivo rediseñar el modelo del misil soviético, con el fin de extender su rango de alcance y poner a tiro las costas niponas, que desde que asumió el nuevo gobierno en Corea del Sur ha sido el crítico más fuerte del régimen de Kim Jong-un en Asia.
«Los repetidos actos de provocación de Corea del Norte solo acelerarán su aislamiento y serán respondidos de manera contundente por nuestro Ejército, la alianza Corea del Sur-Estados Unidos y la comunidad internacional», señaló en un comunicado de prensa el Estado Mayor de Seúl.
Por su parte, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, acusó a Pyongyang de faltar «al respeto a China», principal aliado de Corea del Norte que en los últimos días ha solicitado a Kim Jong-un frenar las actividades balísticas.