Los hechos ocurrieron el 29 de agosto de 2014, en la localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá.
Wílmar Rugeles García, de 35 años de edad, quien asesinó su hermano de tan solo siete años con el fin de encubrir un delito relacionado con abuso sexual, fue condenado a 35 años y cinco meses de prisión por un juez en la capital de la República.
De acuerdo con las investigaciones judiciales, el hombre habría utilizado un cordón con el fin de asfixiar al menor Johan Sebastián Rugeles, su hermano, en una zona inhóspita del barrio Caracolí, en el sur de Bogotá.
Según los investigadores, el hombre no presentaba ninguna patología mental, lo que hace más escalofriante todavía lo ocurrido.
El menor asesinado había sido testigo de los repetidos casos de abuso sexual a los que Wílmar sometía a una de sus hermanas, por lo que el homicida, temeroso de que el niño hablara al respecto, fraguó un plan para asesinarlo. Inclusive, el hombre estuvo en la cárcel por los abusos a su hermana y Johan Sebastián fue uno de los testigos claves en su contra.
Con el engaño de que lo llevaban al colegio, Wílmar llevó al niño al lugar que ya había escogido para el crimen y allí lo llevó a la práctica con, increíblemente, la ayuda de su madre, quien actualmente cumple una pena en la cárcel de El Buen Pastor.
La demora en la condena radicó en la dilatación del proceso por parte de la defensa; no obstante, la juez novena del circuito dictó sentencia este 17 de junio y, en medio de los reclamos a la parte defensora, emitió juicio.
Con esta condena, se le da fin a uno de los casos más aterradores de los últimos años en el país, el cual conmocionó a la opinión pública por la crueldad de los hechos y la complicidad entre madre e hijo para asesinar al menor, también emparentado con ellos.