Al momento de intimar con una mujer, muchos hombres cometen errores muy básicos, que terminan por hacer de la relacion sexual algo indeseado, incomodo y hasta doloroso.
Estos errores son sumamente básicos, y van desde apresurarnos para consumar el coito sin que nuestra pareja este lo suficientemente excitada, hasta buscar nuestra propia satisfacción sin preocuparnos por la de nuestra amante.
No esperar a que esté lo suficientemente excitada, es el error más común que todo hombre comete, es muy rico a veces tener esos momentos en donde uno vaya a lo que va, generalmente cuando no se dispone de mucho tiempo, sin embargo, si esto lo haces frecuentemente tu pareja se cansará, ya que hombres y la mujeres tienen ritmos y tiempos diferentes en cuanto a la necesidad sexual. Una vez establecida la relación sucede que tú funcionas por impulsos: cuanto más alterado o tenso estás, más te apetece, y a ella le ocurre justamente lo contrario.
Una mujer necesita estar relajada, y la calma es imprescindible para que se sienta sexual, porque el deseo femenino pasa por haber imaginado y deseado previamente el momento.
El chantaje sentimental para obtener sexo. Si tu reacción cuando ella te dice «no» es enfadarte, lo haces conscientemente o no, con la esperanza de que la próxima vez ella ceda para evitar tu enfado. Si te reconoces en la descripción, comienza a plantearte que igual no es el camino, y que una relación que funciona por chantaje, no funciona.
Porque ocurren varias cosas, entre ellas, consigues un efecto contrario. Sí, puede que la próxima vez acceda, pero será a regañadientes y lo más importante es que se puede volver fóbica al sexo.
Concentrarse demasiado en los senos. Ok, sabemos que esta parte del cuerpo nos llama mucho la atención y queremos estar siempre ahí, ¡pero no! existen otros lugares del cuerpo que podemos explorar y que le causan más excitación a nuestra pareja. Recuerda existe algo llamado clítoris.
Presionar para tener sexo anal. Aunque en las películas clasificadas X las mujeres parecen ultradispuestas e incluso deseosas de sexo anal, no olvides que son actrices de cine para adultos, y que lo que has visto no es una escena real. En la vida real, a las mujeres les cuesta mucho trabajo dar el sí al sexo anal, generalmente por 4 motivos: por el «qué dirán», por falta de confianza en sí mismas, por vergüenza y/o asco o simplemente por dolor.
Insistir verbalmente para que tengan un orgasmo. Aunque para algunas féminas puede ser el detonante del orgasmo, para otras puede suponer lo opuesto. Las mujeres suelen alcanzarlo, no por la penetración sino por la estimulación externa del clítoris. «La forma de que la mujer no se sienta presionada es haciéndole entender que no tienes prisa, que esa estimulación la haces porque te gusta hacerla, porque te gusta verla tan excitada, independientemente de que ella tenga un orgasmo o no.
Inmovilizarla o moverle la cabeza durante el sexo oral. Aunque puede resultar un juego de dominación/sumisión muy excitante, también puede acabar siendo muy incómodo y doloroso para ella. Le puedes estar retorciendo las cervicales o a lo mejor le cuesta respirar porque le aplastas la nariz o se atraganta. Así que antes de hacer esto es mejor hablarlo y consensarlo.
No avisar. Si su boca está en esa parte tan sensible de tu sexo y te lo estás pasando en grande, no tengas la tentación de llegar al orgasmo sin avisarla previamente. Ten la educación de decirle que ya vas a terminar, así ella decidirá si sigue o simplemente deja de hacerte el sexo oral. También ten en cuenta que hay muchas mujeres que no les gusta el sabor del semen, así que si ella no quiere que termines en su boca no te lo tomes a mal.
Fuente: D10