Así fue la proclama bolivariana de las Farc

En el año 2000, en medio del caos y el miedo, las Farc lanzaron el Movimiento Bolivariano en Nariño, Antioquia.

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Foto: CORTESÍA.

El viernes 30 de julio de 1999, en el municipio de Nariño, al suroriente de Antioquia, a eso de las cuatro de la tarde, empezaron a llegar hombres uniformados al pueblo y de un momento a otro, una camioneta pasó a toda velocidad por la plaza principal estrellándose cerca a la estación de policía, y segundos después del choque, explotó.

Así fue como inició la toma de Nariño por los frentes 47 y 9 de las Farc, que duró cerca de 36 horas, todo en el marco de las negociaciones de paz que adelantaban el Gobierno de Andrés Pastrana y el grupo insurgente.

Después de la explosión de la camioneta, se empezaron a escuchar disparos a diestra y siniestra; en menos tiempo del pensado, el pueblo estaba rodeado por la guerrilla que atacaba sin piedad ni cuartel la estación de Policía, no solo a punta de fusil sino también con cilindros bomba.

Mientras tanto, la Policía recibía apoyo de dos helicópteros y un avión fantasma de las Fuerzas Militares, no obstante, las Farc habían entrado con la consigna de tomarse Nariño a sangre y fuego.

En medio de la lluvia de plomo, los habitantes se ocultaron como pudieron, quedando separados de sus seres queridos, resguardados en medio de la zozobra y el miedo.

Los bombardeos y el ataque de las Farc no cesaron hasta el domingo, cuando el Ejército recuperó el control del territorio, expulsando a los terroristas, pero para ese momento las cifras ya eran trágicas. El grupo guerrillero había asesinado a nueve agentes de la Policía  (entre ellos al comandante de la Policía del municipio que ultimaron en la plaza principal antes de abandonar el pueblo) y habían secuestrado a ocho uniformados, mataron a siete civiles entre los que se encontraban tres menores de edad y dejaron 16 personas heridas.

Tras los tres días de combate, el pueblo quedó en ruinas y solo se sostenía en pie el 20% de la infraestructura del pueblo antioqueño.

Aunque las Fuerzas Militares habían retomado a Nariño, dos semanas después recibían la orden presidencial de despejar la zona, y el grupo terrorista se volvió a adueñar del pueblo, siendo así la única autoridad que había y podía haber, sin importarles los Derechos Humanos ni la libertad de los habitantes.

En medio del caos del gobierno de las Farc, muchos campesinos de la zona empezaron a dejar sus sembrados de café y cacao para cultivar coca, no obstante la consigna de los terroristas era que estaban “liberando al pueblo de la oligarquía”.

Cerca de un año duró el despeje en Nariño, y en el 2000, las Farc convocaron a todo el pueblo en la plaza central y ahí la guerrillera conocida como alias Karina hizo la proclama del Movimiento Bolivariano (dos años atrás Hugo Chavez Frías había ganado las elecciones con su llamada “Revolución Bolivariana” en Venezuela).

En ese mismo año (2000), el Gobierno ordenó retomar a Nariño, lo que implicó una nueva noche de horror para los habitantes del pueblo antioqueño, pero el daño estaba hecho, el Estado dejó a las personas a merced de los terroristas por el periodo de casi un año y la pregunta apenas válida es ¿El proceso de paz que adelantaba Andrés Pastrana justificaba esto?

Años después

Una periodista me contó que en la primera década del 2000, a pesar de que la zona ya estaba controlada por las Fuerzas Armadas, aún existía temor por parte de las personas y a pesar de todo, no se podía confiar a ciegas en cualquiera porque no se sabía quién podría ser un guerrillero, y además ya habían muchos campesinos que decidieron seguir sembrando coca.

Con esfuerzo reconstruyeron el pueblo, no obstante aún quedan las cicatrices de esas noches en las que las Farc, con la circense excusa de acabar con la oligarquía, se tomaron a punta de terror a Nariño y en las que el Estado abandonó a sus ciudadanos.

A causa de esta violenta toma, en el 2011 el Juzgado Penal del Ciurcuito Especializado de Antioquia condenó a cinco guerrilleros, estos subversivos fueron: Pablo Montoya Cortés, Hernán Gutiérrez Villada, Carlos Buitrago Osorio, Iván de Jesús Zuluaga Jiménez, y Arnulfo Ríos Henao, a quienes se les imputó los delitos de terrorismo, homicidio agravado, secuestro extorsivo y rebelión.

¿Se repite la historia?

En un evento público el 30 de junio de 2016 en la Universidad Pontificia Bolivariana, una delegada de la Procuraduría de Rionegro advirtió que las Farc, en medio del proceso de fin del conflicto que adelanta el Gobierno de Juan Manuel Santos, estaban extorsionando y secuestrando a los habitantes de Cañasgordas, Concepción y Briceño, y con anterioridad el 10 de junio, medios de comunicación señalaban que esto también estaba ocurriendo en Ituango.

No obstante la orden de Timochenko de dejar las extorsiones, la pregunta es ¿Obedecerán las Farc esta orden? Y además hay que señalar que dentro del anuncio del jefe terrorista nada se dijo del cese de la renta criminal: narcotráfico, secuestro, minería ilegal, entre otros ¿Otra vez el Estado abandonó a sus habitantes?

 El proyecto Bolivariano

A la luz del actual proceso de fin del conflicto, debería existir claridad frente al papel que ha jugado Venezuela en la conformación del Movimiento Bolivariano de las Farc, pues además de su parentesco ideológico, se sabe que el régimen venezolano ha abogado por el grupo terrorista e incluso, varios guerrilleros colombianos se han refugiado en el vecino país.

Además, con la supervisión del G2 cubano y miembros de la inteligencia venezolana, se redactó un libro publicado en el 2007 que se repartió de forma cuasi clandestina llamado “La paz no se conquista, se negocia”, en las que se dictan las pautas de lo que hoy se negocia en la Habana, para que las Farc consigan lo que siempre han querido, el poder.

¿Cuál es el papel de Venezuela? ¿Es el proyecto Bolivariano un proyecto expansivo? ¿Cuál es la responsabilidad del régimen venezolano en el conflicto interno colombiano? ¿Qué papel jugó Hugo Chavez y su predecesor y actual mandatario Nicolás Maduro?  ¿Están interviniendo políticamente en otros países del cono Sur? Estas son preguntas que todos los colombianos nos hacemos y merecemos saber la verdad.

 

 

Acerca de César Betancourt Restrepo

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Profesional en Comunicación y Relaciones Corporativas, Magister en Comunicación Política y Empresarial, escritor y periodista.

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