Los peces también sienten, al igual que los demás animales, poseen sistemas nerviosos complejos, y de hecho, algunos como los delfines han sido catalogados como “personas no humanas”.
La asociación Por la Igualdad Animal (PEA por sus siglas en francés) inició la Jornada Mundial por el Fin de la Pesca, que se desarrolla desde 2016, el cuarto sábado de marzo. La Jornada Mundial forma parte de la campaña denominada “¿Quiénes son los peces?”, que procura llamar la atención sobre los animales acuáticos y reclamar el fin de su explotación.
Un informe del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) y la Sociedad Zoológica de Londres, indica que en las últimas cuatro décadas, las poblaciones de vertebrados marinos se redujeron en un 49%, y los escómbridos -la familia de peces que incluye al atún, la caballa y el bonito- sufrieron un colapso aún más drástico: sus poblaciones se redujeron en un 74%.
A veces pareciera que los peces son los seres sintientes más olvidados en las campañas de las organizaciones que defienden a los animales, ellos, igual que los demás animales tienen la capacidad de sufrir, y mueren de una forma cruel y dolorosa: si no es por un arpón que los atraviesa y los hace desangrar, mueren por descompresión pues son sacados de su hábitat acuático, mueren “ahogados” en nuestra atmósfera, otros mueren aplastados con la gran cantidad de peces presentes en una red.
Los peces también sienten, al igual que los demás animales, poseen sistemas nerviosos complejos, y de hecho, algunos como los delfines han sido catalogados como “personas no humanas”.
Reivindicaciones
La jornada mundial por el fin de la pesca se realiza porque los peces y los invertebrados acuáticos sintientes jamás son considerados como individuos (se cuentan en toneladas), no están en absoluto protegidos, representan la casi totalidad de animales que son criados, capturados y sacrificados para consumo humano o animal; y porque siguen siendo los grandes desconocidos para la población, pues no generan la empatía que sí logran otros animales como los mamíferos terrestres, pues no tienen la capacidad de gritar o de expresar emociones que el ser humano pueda identificar.
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La invitación entonces es para que las organizaciones defensoras de los animales incluyan a los peces aún más en sus campañas de sensibilización, y a la población en general a reflexionar sobre el daño físico y emocional que se le hace a otros seres sintientes, solo para llevarse un bocado a la boca.
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