Las negociaciones de paz del Gobierno colombiano con la guerrilla de las Farc cumplen hoy dos años en su peor crisis por el secuestro del general del Ejército Rubén Darío Alzate, hecho que llevó al presidente Juan Manuel Santos a ordenar la suspensión del proceso.
El 19 de noviembre de 2012, las delegaciones del Gobierno y la guerrilla instalaron en La Habana la mesa de diálogos en medio de un ambiente de optimismo en el país, el mismo que hoy espera la liberación del general Rubén Darío Alzate, otros tres militares y una civil para reanudar las conversaciones.
En estos dos años de negociaciones las partes han llegado a acuerdos preliminares en tres de los cinco puntos de la agenda, referentes a tierras y desarrollo rural, participación política y drogas y cultivos ilícitos.
En discusión está el tema de víctimas, iniciado en agosto pasado y que debía haberse retomado ayer, pero quedó suspendido por el secuestro del general, el cabo Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego en Las Mercedes, una zona selvática del departamento del Chocó.
El secuestro fue confirmado ayer por las Farc en un comunicado del Frente Iván Ríos, según el cual «en ejercicio de sus tareas de seguridad» los guerrilleros «interceptaron» al general y sus acompañantes.
El Gobierno ha condicionado el reinicio de los diálogos a la liberación de estas tres personas y de los soldados César Rivera Capela y Jonathan Andrés Díaz Franco, secuestrados el pasado 9 de noviembre después de un combate en Arauca, en la frontera este con Venezuela.
Movimientos de izquierda y de la sociedad civil harán hoy una manifestación en Bogotá para presionar al Gobierno a que mantenga los diálogos de paz con las Farc y a que acepte el cese el fuego bilateral propuesto por la guerrilla para reducir la escalada del conflicto de 50 años y evitar al máximo nuevos hechos armados que comprometan el proceso.
En las últimas horas han circulado versiones de prensa, no confirmadas oficialmente, según las cuales el Gobierno activó un protocolo humanitario con el Comité Internacional de la Cruz Roja (Cicr) para una pronta entrega del general y los demás secuestrados, en un gesto de la guerrilla para que estos hechos no comprometan la negociación de paz.
En caso de que se reanude el proceso, después del tema de víctimas las partes tendrán que abordar el punto de terminación del conflicto, que incluye la dejación de armas y desmovilización de los miembros de las Farc.
Adicionalmente tendrán que discutir el mecanismo que se adoptará para que los colombianos refrenden los eventuales acuerdos a los que se llegue en La Habana.
El presidente Santos había dicho recientemente que esperaba que la firma de la paz pudiera hacerse en 2015, posibilidad que hoy parece más lejana a menos que las Farc liberen prontamente al general y los demás secuestrados.