El embajador de Estados Unidos en Colombia, Kevin Whitaker, afirmó que si el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc firman la paz, Washington buscará crear un fondo para ayudar a financiar el postconflicto.
«Si hay paz, vamos a pedirle al Congreso (de EE.UU.) más fondos para ayudar a Colombia en postconflicto», dijo en entrevista con el diario El Tiempo.
Whitaker especificó que esos fondos se añadirían a la ayuda que han enviado hasta ahora a tres áreas que «pueden ser básicas en el postconflicto«: la atención a las víctimas, la restitución de tierras arrebatadas por los actores del conflicto armado y reintegración de los excombatientes.
«En la reintegración hemos invertido alrededor de 42 millones de dólares; en restitución de tierras, 70 millones de dólares, y en víctimas, 60 millones de dólares», subrayó el embajador, quien también destacó los aportes de su país a instituciones como la Unidad de Víctimas de la Fiscalía o el Centro de Memoria Histórica.
De confirmarse esta colaboración, los recursos estadounidenses se añadirían al fondo fiduciario para el postconflicto que España ha propuesto crear ante la Unión Europea-UE.
Ese fondo europeo se nutriría de aportaciones de Estados miembros, extracomunitarios e incluso entidades privadas, para ayudar a financiar las inversiones necesarias para implementar los acuerdos de paz, cifradas por el Senado colombiano en 90 billones de pesos (45.000 millones de dólares ó 35.000 millones de euros).
Whitaker consideró que las actuales negociaciones entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, iniciadas en La Habana en noviembre de 2012 son «la mejor oportunidad que ha existido en toda la historia» para lograr la paz.
Si se lograra la paz en Colombia, dijo el embajador, habría más producción, más empleo, más capital extranjero y más seguridad» que desde Washington, que mantiene un Tratado de Libre Comercio-TLC con el país suramericano, se ve con muy buenos ojos.
No obstante, el diplomático estadounidense dejó claro que la firma de un acuerdo de paz «no va a terminar con la violencia en Colombia» y sugirió que las Fuerzas Militares, cuyo papel se transformará en el postconflicto, «podrían enfocarse más en luchar contra la delincuencia común».
Tras más de dos años de negociaciones, el Gobierno colombiano y la guerrilla han alcanzado preacuerdos sobre tres de los puntos de la agenda para firmar la paz, que no entrarán en vigor hasta que se firme el acuerdo final y que están referidos a la propiedad de la tierra, participación política y sustitución de cultivos ilícitos.
Este último apartado es de especial interés para EE.UU., toda vez que se vería afectado el «Plan Colombia», acuerdo bilateral firmado en 1999 que establece que Washington otorga ayuda económica para la destrucción de cultivos ilícitos a cambio de contrapartidas monetarias.
Whitaker, que aseguró que su Gobierno está «muy satisfecho» por la disminución de los cultivos de coca y el aumento de las incautaciones conseguidas en los últimos años, advirtió no obstante que las Farc continúan cultivando y manteniendo laboratorios «para elaborar cocaína».
Ante la demanda de la guerrilla de que se libere a los rebeldes que permanecen detenidos en EE.UU., el embajador afirmó que su Gobierno no quiere «ser obstáculo» para la firma de la paz.
Sin embargo, matizó que hay que tener en cuenta que el poder judicial es independiente y que los ya condenados por la Justicia estadounidense «están en una posición bien distinta» que debe ser tenida en cuenta.