Entre los coros de «Sí se pudo» y «No a la guerra, sí a la paz» se desarrolló parte del plantón.
Organizaciones sociales celebraron en Medellín el «fin de la guerra» con banderas blancas, flores y tambores luego de que el Gobierno y la guerrilla de las Farc firmaran en La Habana el acuerdo de cese al fuego bilateral y definitivo.
En la Plaza Botero, en la que reposan esculturas monumentales del pintor y escultor Fernando Botero, más de doscientas personas se dieron cita para gritar arengas en favor del proceso de paz y resaltar que hoy se «abrió una puerta» con el histórico acuerdo.
«Celebramos la vida y la puerta que se abrió. Hoy inicia un nuevo camino que debe estar lleno de verdad y libertad», dijo Teresa Aristizábal, coordinadora de la Ruta Pacífica de las Mujeres.
El acto tuvo varios componentes, entre ellos, uno simbólico con velas encendidas, banderas blancas y pétalos de rosas formando la palabra paz. El otro vino cargado de música con los «tambores de la paz», que entonaron canciones típicas colombianas como «La piragua» y «Colombia tierra querida».
Entre los coros de «Sí se pudo» y «No a la guerra, sí a la paz» se desarrolló parte del plantón convocado para «celebrar el fin de la guerra», que también contó con la participación de víctimas del conflicto, la Corporación Vamos Mujer, la organización Juventud Comunista Colombiana (JUCO) y el Movimiento Mujeres contra la Guerra, además de la comunidad LGBTI.
También hizo presencia Paz Colombia Duque Giraldo, un ciudadano del común que decidió cambiar su nombre en una notaría para iniciar una cruzada por el perdón y el fin del conflicto que ha azotado a la nación andina durante más de 50 años.
«La paz nadie se la puede dar a nadie, pero celebro que el presidente haya tenido el valor de acabar con esta guerra absurda», sostuvo.
«Ojalá que los demás grupos armados tomen ese ejemplo y sigan por este mismo camino, pues la guerra hay que acabarla con amor y perdón», apostilló.
